lunes, 12 de octubre de 2009

LAS NUEVAS FUERZAS ARMADAS

¿Qué ejército que se precie permite que sus soldados desfilen al compás de una “melodía”, en vez de marcar el paso al son de una marcha militar? El español.
¿Qué aguerrida unidad tolera que se llame a sus soldados “compañeros” del carnero adoptado como mascota? El Tercio de Extranjeros, o Legión Española.
Esas, y otras expresiones, no fueron los únicos eufemismos o equívocos interesados a los que recurrieron los locutores de la televisión estatal para narrar el desfile del Día de las Fuerzas Armadas.
Respondían a la consigna del candoroso buenismo gubernamental para transmutar a los Ejércitos Españoles, brazo al que se dota de armas para que combata, y si es posible derrote al enemigo, en una costosa fraternidad caritativa.
No oculta el régimen que se implantó con Rodríguez Zapatero su intención de revolucionar el concepto tradicional de las fuerzas armadas porque José Bono, que como Presidente de las Cortes es la tercera autoridad en la jerarquía del Estado, lo dejó claro.
“Prefiero que me maten a tener que matar”, proclamó Bono cuando fue ministro de Defensa de Zapatero, en clara formulación filosófica de las nuevas Fuerzas Armadas españolas: facilitar la victoria del enemigo.
Como son coherentes,inducen a los españoles a integrarse en ese aparato militar filantrópico con anuncios publicitarios que resaltan el auxilio a poblaciones en catástrofes naturales como inundaciones, incendios o terremotos.
Pero los destinan a conflictos como el de Afganistán donde los nativos, que no han visto el anuncio, les disparan y los matan sin consideración a que los han mandado allí en misión de paz.

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