miércoles, 2 de marzo de 2011

NO TENGO NADA QUE VER CON LOS ERE DE ANDALUCIA

“El ex consejero andaluz Antonio Fernández se acogió a un ERE en el que aparece que comenzó a trabajar el día de su nacimiento”: Titular en prensa.



A pesar de que lo que se lee en la página 76 del capítulo IV (“Campos y ciudades”) del libro “Sentencias salomónicas para doce problemas humanos y para uno divino” pueda señalarme como inductor, niego toda responsabilidad en lo que el consejero Fernández hizo.
Cito la frase de la obra de la que soy autor y que podría inculparme: “Al inscribir a un recién nacido español en el Registro Civil se expedirá a su nombre un certificado que le garantice todos los beneficios de la prejubilación, como afectado por un “Expediente de Regulación de Empleo” que lo apartará, desde la cuna a la tumba, de la tentación de trabajar”.
No pudo inspirarse Antonio Fernández, en 2008, en esa frase de mi libro editado el año antes porque “Sentencias Salomónicas” vendió tan pocos ejemplares como las “Notas marruecas de un soldado" de Ernesto Giménez Caballero y, ni de lejos, aspiró a calar tan hondo como la obra del propulsor del fascismo español.
Pero no puedo dejar de sentirme orgulloso de que mi propuesta para resolver los problemas de la sociedad coincidiera con la fórmula que aprovechó uno de los individuos de esa sociedad para resolver su problema.
No quiero ser pretencioso, pero me malicio que José Luis Rodríguez Zapatero, aunque evidentemente no haya leído las “Sentencias salomónicas”, de forma intuitiva por lo menos coincide con sus postulados tanto como su correligionario Antonio Fernández.
En su página 79 dice el libro: “…como los españoles hemos demostrado que el de gobernarnos es el trabajo en el que de forma más contumaz hemos fracasado, de la gestión del nuevo estado se encargaría un patronato de notables de todo el mundo, que hayan acreditado en sus países y en ocupaciones anteriores su capacidad de gestión”.
Exactamente, lo que el Presidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el pasado Mayo.
Que conste, por tanto, que éste humilde escritor sin lectores no influyó en el Consejero andaluz del ERE de González Byass´ ni en el Presidente del Gobierno de España.
Antonio Fernandez, José Luis Rodríguez y éste servidor de ustedes, si no almas gemelas, somos por lo menos almas trillizas.

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