jueves, 3 de mayo de 2012
¿Para qué sirve el Consejo de Estado?
Las carreteras sirven para que las personas o las mercancías vayan de un sitio a otro, trasladadas en vehículos.
Las universidades y escuelas sirven para que unos señores de más edad, llamados profesores, despierten la curiosidad por aprender y guíen el proceso de aprendizaje de otros de menos edad, conocidos por alumnos.
Los hospitales y ambulatorios son instalaciones en las que expertos en preservar y restablecer la salud, conocidos por médicos y enfermeros, auscultan, diagnostican y curan a ciudadanos con enfermedades o traumas que acuden para que los cuiden, y que se conocen por pacientes.
El Consejo de Estado, que se define como órgano consultivo del gobierno, es algo que no se sabe muy bien para qué sirve, aparte de para que el presidente y sus 31 consejeros cobren retribuciones superiores a 140.000 euros anuales.
Esos, y otros servicios públicos, los subvenciona el estado con impuestos que hace pagar a los contribuyentes.
El consejo de estado, lo mismo que las carreteras, las universidades y los hospitales, se sostienen gracias a los impuestos que el estado obliga a pagar a los contribuyentes.
Así ha sido, por lo menos, hasta que la quiebra virtual de la economía española--no se sabe si porque el gobierno siguió al pié de la letra o porque rechazó las recomendaciones del consejo de estado—lo ha hecho recurrir a una financiación complementaria.
En sanidad, educación y transporte por carreteras, el gobierno ha decidido que, además de los impuestos que seguirá cobrando a todos los contribuyentes, usen o no usen esos servicios públicos, sus usuarios tendrán que pagar cantidades adicionales cada vez que los utilicen.
Inventos de coste ruinoso y dudosa utilidad como el consejo de estado—el Senado, los Parlamentos autonómicos, los órganos reguladores, El Consejo general del Poder Judicial, los sindicatos, las asociaciones patronales, las diputaciones provinciales, los infinitos consejos asesores—solo sirven como segunda trinchera a la que puedan retirarse políticos derrotados en primera línea.
Los pagos adicionales por el uso de las carreteras, escuelas y hospitales, ¿me da su palabra (para lo que vale) el gobierno que se destinará a eso, o irá a parar a los ciento y la madre de consejos de estado, de este Estado ruinoso?
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