El que confunde lo
que desea que sea real con lo que es real es un iluso. Pero el que trata de
hacer creer que es verdad lo que sabe que es mentira es un tunante.
Pues bien, Don
Rubalcaba quiere hacer pasar a los sindicatos por organismos independientes con
capacidad de negociar y acordar entre iguales con su Partido Socialista y con
el gobernante Partido Popular.
De sobras sabe Don
Rubalcaba que los sindicatos UGT y CCOO son para los partidos de izquierdas
españoles lo que las Schutzstaffel (SS) fueron para los nazis: sus fuerzas de
choque.
Si propone en serio,
pues, que la reforma del sistema de pensiones lo reformen socialistas,
comunistas, sindicatos y el gobierno del PP,y si el gobierno lo acepta, no
habría nada que negociar porque el recuento de votos sería siempre 4-1.
Como toda
negociación en una democracia parlamentaria pervierte el sistema, objetivo
último de socialistas y comunistas españoles: sustituirla por lo que llaman
democracia popular traducida en reuniones de soviets, manifestaciones
callejeras y asambleas “espontáneas” con conclusiones preestablecidas.
Aunque lo ignore
cuando le conviene no recordarlo, el sistema por el que Don Rubalcaba es
conocido, consiste en que el partido que gana las elecciones gobierna, los que
las pierden se oponen y los acuerdos que faciliten la gobernación se gestan y
negocian en el Parlamento, en el que los sindicatos carecen de diputados.
Los sindicatos son
organizaciones privadas que defienden los intereses de los trabajadores que
paguen una cuota o iguala.
Los sindicatos,
pues, no representan a los trabajadores, sino a sus cotizantes.
Si sus ingresos
proceden de sus afiliados cotizantes, los sindicatos defenderán sus intereses.
Si la mayor parte
de sus ingresos provienen de los partidos, la principal preocupación de los
sindicatos será defender los intereses de sus mejores financiadores.
En los sistemas de
democracias parlamentarias el partido que consigue el mayor número de votos
gobierna y los demás se oponen.
El recuento de
votos electorales determina la importancia relativa de cada partido. El
recuento de sus afiliados cotizantes al corriente de pago es el mejor baremo de
la importancia de los sindicatos en la sociedad.
Que nos digan los
sindicatos—y pueda comprobarse la veracidad del dato—el número de sus afiliados
cotizantes. Así sabremos la influencia social de los dos sindicatos
supuestamente mayoritarios (¿porque son los que más trifulcas organizan?) y la
relativa dc cada uno de ellos.
Les apuesto un resguardo no premiado del euromillones a que
no lo hacen.
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