Genesis 1, 27. Creó, pues, Dios al ser humano a
imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
Genesis 2,21. Entonces Yahveh Dios hizo caer un
profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las
costillas, rellenando el vacío con carne.
Genesis 2,22. Luego, con la costilla que había sacado del
hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la llevó al hombre.
Genesis, 2, 23. Entonces éste exclamó: «Esta vez
sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer,
porque del varón ha sido tomada.
En éstos días de
inclemente castigo veraniego, nada más refrescante que darse un refrescante
chapuzón en los orígenes de la humanidad.
Mientras que los
evolucionistas sostienen que bichos y personas descendemos de una misma sustancia
misteriosamente metamorfoseada, los creacionistas tenemos por guía el acta notarial
del origen del mundo, el Génesis.
Y ni eso está claro ya
que, si leen las citas bíblicas con que
comienza esta página, comprobarán que Dios creó a una primera pareja y, de la
costilla del varón, formó a la segunda hembra. Dos mujeres para un solo hombre.
El propio Adan proclama
que, antes de la procedente de su costilla, ya había tenido otra mujer: “Esta
vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mis carnes…”) .
Esa segunda compañera de
Adan, conocida por Eva, se considera madre de los dos primeros humanos engendrados
y no hechos.
Pero, ¿qué se sabe de la
primera?
Es conocida por
Lilit, aunque por ese nombre solo la menciona el profeta Isaias: “Los gatos
salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí
reposará Lilit y en él encontrará descanso”.
Hay referencias al
personaje en el libro de Job y en de Enoch y abundan las alusiones a esa figura
en la tradición talmúdica.
Lilit podría haber
sido la primera víctima de la lucha por la igualdad sexual. Reclamaba a Adán un
trato igual porque ambos habían sido creados iguales por Dios moldeando sus
figuras en barro.
En consecuencia,
coinciden las versiones sobre la ruptura de Adan con su primera esposa, Lilit exigía,
y Adan se negaba, a que intercambiaran la postura misionera al emparejarse y
alternaran quien de los dos debería colocarse encima.
Exasperada por la
tozudez de Adán, Lilit invocó el nombre de Dios y desapareció huyendo a las
orillas del Mar Rojo. Allí copuló con
Semjaza, uno de los doscientos ángeles expulsados del pararaiso y de esa cópula
nació Azazel, uno de los demonios que, al emparejarse con humanas, crearon una
generación de gigantes demoníacos cuyas
maldades acabó castigando Dios con el Diluvio.
Si con esos enredos
empezó nuestro mundo,¿cómo nos vamos a extrañar de los lios en que estamos
metidos? En comparación, naderías.
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