El acuerdo entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), con el visto bueno de los otros, ha permitido renovar y
revigorizar la llamada Democracia Española, para que siga siendo una Dictadura.
Los partidos se han puesto de acuerdo en el
nombramiento de los doce vocales procedentes de la judicatura que, unidos a los
ocho ajenos a ese sector, acordados previamente por los partidos, completan las
20 vacantes del Consejo General del Poder Judicial.
Entre las funciones del Consejo General del
Poder Judicial destacan las de nombramientos, inspección de juzgados y
tribunales y régimen disciplinario judicial.
Es por lo tanto al Consejo General del Poder
Judicial controlado por el Gobierno de mayoría absoluta parlamentaria (lograda
con su propio partido o en complicidad con otros) uno de los tres poderes
independientes y autónomos) en cuya acción mutuamente fiscalizadora se asienta
la democracia.
Si esos tres poderes independientes y
autónomos definen todo sistema democrático y al Estado Español se le califica
de democracia es por conveniencia de quienes saben lo que la democracia es realmente
o por ignorancia de la inmensa mayoría que no lo saben.
Es el
español, si acaso, un sistema de dictadura turnante porque es el que gana las
previamente manipuladas elecciones parlamentarias el que ejerce la dictadura
hasta que finaliza su mandato.
Arranca su progreso a la dictadura desde su
cargo partidario de presidente o secretario general, que le permite incluir a
sus allegados en las listas electorales y colocarlos en puestos de elección
probable.
Si gana su partido las elecciones, y una
vez Presidente del Gobierno, conserva el poder de coacción partidaria desde la
secretaria general o la presidencia de su partido.
Ya presidente, y en su doble personalidad
de jefe partidario, ordena a sus diputados cómo deben votar cada proyecto o
proposición de ley, tanto las que afecten a la acción gubernamental administrativa
como en las que pudieran suponer una modificación del carácter y funcionamiento
de otros organismos del Estado.
Para
completar la martingala, todo elogio a la democracia y toda condena a la
dictadura favorece la supervivencia lo que aquí tienen montado, una fea
dictadura oculta tras la careta de una menos fea democracia).
Y el imposible se hizo: un pueblo como el
español, que por haber vivido siempre en dictadura desconocía la democracia, cree que la han
descubierto porque quienes se la han traído dicen que tan buen sistema es como
mala fue la dictadura.
Y, en definitiva, ¿qué han hecho?
Cambiar todo para que todo siga igual.
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