Cándido es hombre serio
sensato, honesto y honrado
que sabe que nace un niño
cuando lo trae un pajarraco
de plumas blancas y negras
y que cigüeña es llamado.
Viene el niño de París
envuelto en un limpio paño
que del pico, la cigüeña
lo ha traido con cuidado.
Y, ¿por qué ha llegado el niño
a donde lo están esperando?
Porque, por correo, sus padres,
habían hecho ese encargo
a unos grandes almacenes
donde los venden baratos.
¿Y ese cándido que dices
Es el que en los sindicatos
deja que todo el que quiera
meta la mano y el cazo,
y los billetes que trinque
diga que no son robados?
El mismo es, sí señores,
un insigne ciudadano
que al trabajador protege
del banquero, el empresario,
el gobierno, los fascistas,
los de la derecha, rancios,
que del sudor del obrero
viven en frescos palacios.
¿Es ese cándido el Cándido
que con lo que le dan y trinca
dicen que se está forrando?
El mismo, que afea y condena,
desde los telediarios
a los corruptos fascistas
de al pueblo estarle robando.
Dicen algunos que oyeron
que le pedía un descarado
que repartiera a los pobres
parte de lo que ha juntado.
Por toda respuesta, Cándido,
murmuró en voz lastimera:
“La tía María tié tocino,
Pero dice que es pa ella”
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