Nunca, como ahora, se había hecho una
publicidad tan intensiva y explícita del gratificante procedimiento que la Naturaleza estableció para
que nazcan niños.
Todo indica que
esa publicidad ha tenido éxito porque las manifestaciones orales y gráficas de la
práctica extendida e intensiva de ese ritual,
tan antiguo como el hombre, cada vez se acomete con mayor entusiasmo.
Sin embargo,
algo falla en el método o en la forma de practicarlo porque los resultados no
concuerdan: aumenta la práctica pero disminuye la producción.
Esa, al menos,
es la conclusión de las predicciones del Instituto Nacional de Estadísticas
(INE), que solamente se equivoca cuando no acierta:
a)En los próximos
15 años, en España habrá un millón menos de habitantes que ahora.
b) En los próximos
50 años, España tendrál 5.600.000 ciudadanos menos.
c) En 2029, un
tercio de los hogares españoles será unipersonal.
Para los pesimistas
patológicos esas predicciones pintan un futuro mucho más negro que el oscuro
presente, al que la extendida epidemia de corrupción de los políticos hace
parecer insoportable.
Entre la
corrupción que nos aflige ahora y la despoblación que nos preocupa para el
futuro hay una similitud de tratamiento para ambos problemas:
1.-Hay corrupción
en la política porque los políticos hacen trampa al ejercerla.
2.- Hay menos
nacimientos de niños porque se hacen trampas en los procedimientos para
fabricarlos.
Moraleja: sean
buenos, no hagan trampas.
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