Ese
régimen de bajas presiones anímicas que afecta a los pueblos cuando su desilusión
ahoga su esperanza ya se percibe en España como el aire levemente húmedo que
preludia una inminente borrasca.
Se
presienten ya las elecciones, esa tormenta política que altera periódicamente
la monotonía para reanudarla en cuanto
escampe.
Las
lluvias y las elecciones las esperan con impaciencia los que confían que los
beneficie y con aprehensión los que temen que los perjudique, porque nunca
llueve al gusto de todos.
Si
los resultados electorales próximos alteraran el reparto del poder político de
forma tan radical que los que ahora son oposición sean gobierno y los que están
en el gobierno pasen a la oposición, para la inmensa mayoría de los ciudadanos
el cambio será imperceptible.
¿Qué
mas le da al que le toca siempre obedecer que manden los unos o los otros?
Y
es que este sistema de alternancia en el disfrute del poder por medio de las
elecciones, sobre todo si se rigen por el sistema de sufragio universal, es un engaño:
A)
Es absurdo confiar los intereses personales
y familiares a alguien del que apenas se sabe el nombre.
B)
No tiene sentido encomendar a un desconocido la gestión de intereses propios
sin conocer las consecuencias que tendrán sus decisiones.
C)
Si el voto del que aporte más al bienestar de la Comunidad tiene el mismo valor
que el del que aporte menos, la calidad del bienestar general se degradará.
D)
Si el que más aporta a la Comunidad tiene el mismo derecho que el que aporta
menos, ¿en qué le beneficia su esfuerzo superior?
E)
Si los derechos de todos los ciudadanos
de una Comunidad son iguales, ¿por qué sus obligaciones son distintas?
F)
¿Se ha pasado de una sociedad injusta en la que a los que tenían más se les
concedía derechos superiores, a la
actual también injusta porque los que
aportan menos tienen los mismos derechos que los que aportan más?
G)
Si fomenta y consolida esa explotación del que gana menos sobre el que gana
más, ¿no es el Estado una organización delictiva para el funcionamiento
autónomo de la sociedad?
Las
elecciones (y más que ninguna de ellas las que se hacen por el método del
sufragio universal) es la herramientas más eficaz con que el Estado cuenta para
perpetuar su explotación de la sociedad.
Para
poner fin a la explotación a la que el Estado somete al individuo, es necesario
poner fin al engañabobos que son las elecciones.
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