domingo, 11 de octubre de 2015

SEAN BUENOS, NO HAGAN TRAMPAS



    Nunca, como ahora, se había hecho una publicidad tan intensiva y explícita del gratificante procedimiento que la Naturaleza estableció para que nazcan niños.
Todo indica que esa publicidad ha tenido éxito porque las manifestaciones orales y gráficas de la práctica extendida  e intensiva de ese ritual, tan antiguo como el hombre, cada vez se acomete con mayor entusiasmo.
Sin embargo, algo falla en el método o en la forma de practicarlo porque los resultados no concuerdan: aumenta la práctica pero disminuye la producción.
Esa, al menos, es la conclusión de las predicciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que solamente se equivoca cuando no acierta:
a)En los próximos 15 años, en España habrá un millón menos de habitantes que ahora.
b) En los próximos 50 años, España tendrá 5.600.000 ciudadanos menos.
c) En 2029, un tercio de los hogares españoles será unipersonal.
Para los pesimistas patológicos esas predicciones pintan un futuro mucho más negro que el oscuro presente, al que la extendida epidemia de corrupción de los políticos hace parecer insoportable.
Entre la corrupción que nos aflige ahora y la despoblación que nos preocupa para el futuro hay una similitud de tratamiento para ambos problemas:
1.-Hay corrupción en la política porque los políticos hacen trampa al ejercerla.
2.- Hay menos nacimientos de niños porque se hacen trampas en los procedimientos para fabricarlos.
Moraleja: sean buenos, no hagan trampas.

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