Un picaflor
que ha libado el polen de todas las flores, Jorge Verstringe, recomienda que
hagamos lo que dice que le dijo un alcalde de Londres cuando le preguntó qué
había que hacer con los musulmanes: “dejarlos en paz” .
¿”Y si los
musulmanes no dejan en paz a los que no lo sean?”, debería haber repreguntado
el curioso Verstringe al mayor lord o alcalde de Londres.
Que uno
sepa, en todos los países europeos,
americanos o africanos, menos en Rusia que es el único pais serio que queda en
Europa, se permite a los musulmanes
abrir mezquitas públicas sin que, en reciprocidad, permitan la apertura al
culto público de templos no musulmanes.
¿Decapitan los
no musulmanes a algún musulmán y difunden después las imágenes de esa ejecución
en los medios de comunicación de los países islámicos?
¿Qué
demócrata, como Verstringe se supone que es, puede proclamar públicamente, y
sin que lo apiolen, que la soberanía reside en el puebloy que religión y política
deben seguir caminos distintos aunque sean opuestos?
¿Somos todos
los hombres iguales o los que profesan el islamismo son superiores a los que no
lo profesen?
¿Es cierto que
el islam considera una blasfemia la frase atribuida a Cristo de “al César lo
que es del César y a Dios lo que es den Dios”, que supone la admisión de la
democracia y de la separación de poderes?
¿Es cierto
que los musulmanes proclaman que Dios monopoliza todo el poder y que los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial de las democracias tienen por objeto
privar a Dios de lo que sólo a El pertenece?
Puede que eso sea así,
y a lo mejor los no musulmanes debemos aceptar lo que nos tiene reservados El
Corán.
Los curiosos
pueden consultar la sura conocida por “la vaca”, en el libro sagrado del Islam.
Lo encontrarán, en su más cómoda versión en español, en Internet.
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