Una de las grandes
falacias, puede que la principal desde que se inventó el habla como herramienta
para confundir a las personas, es que el conocimiento da la felicidad al
hombre.
¿Quiere decir que,
cuanto más sepa el ser humanomás, más feliz es?
Disiento, discrepo
y niego ese despropósito.
¿Seré más feliz
despues de que Pedro Sánchez confesara que maquina tener diez ministros más de
los once que ahora hay?
Si también es de
conocimiento público que cada ministro de ahora sale por un par de cientos de
asesores, ¿cómo se me habrá quedado el cuerpo al hacer una simple
multiplicación y descubrir que tendre que pagar a 2.000 reasesores más?.
(Mareos me dan, y
ya no está uno para afrontar la vida peligrosamente, al saber que cada uno de
esos asesores ministeriales contratará con mis dineros a otro par de docenas de
reasesores para que los reasesoren).
Se está poniendo
la cosa peor que cuando asoman nubarrones negros por la parte de Hornachuelos,
que está al noreste de mi pueblo, como preludio de la inminencia de una
tormenta con rayos, truenos y corte del suministro de energía eléctrica.
¿Y para qué tanto
gasto?
Es cierto que el
que compromete el desmbolso dinerario no tiene que sacarlo de su cuenta
corriente ni de su bolsillo, lo que explica y exculpa su dadivosidad.
Pero, ¿por qué
tiene que expulsar los gases acumulados en su estómago por mi boca?
Si un ministro al
que se le encargue y que acepte resolver los problemas de su ministerio
necesita a otro o a otros para que lo hagan, por qué no paga de su sueldo el
trabajo que sus contratados hagan para él?
Esas dudas son
simples derivadas del gran dilema:
Si los políticos
necesitan sacar dinero a los ciudadanos para conseguir el poder, ¿sirven para
algo más provechoso que para sacarle dinero a los que serían felices si no les
sacaran dinero?
Asi que uno,
aleccionado por el poeta, no quiere “ver la sangre de Ignacio sobre la arena”
Quiero ser feliz y
la felicidad perdida es ignorar lo que los políticos hagan y que hagan lo que
les dé la gana.
Al fin y al cabo,
con o sin democracia, esa es la función de los políticos: vivir de los que no
lo sean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario