Tuvo que
llamarse “El hombre que sabía demasiado” la película que el maestro de la
intriga Alfred Hitchcock dirigió, y en la que Doris Day cantaba “qué será, será”,
la pregunta que se hacen los españoles.
¿Quién sabe más
en España que un tal Pablo Iglesias, un chisgarabís que si fuera repartidor de
supermercado le entregaría una lechuga al cliente que había pedido un champú?
Pablo
Iglersias es un desaliñado mozalbete que habla, que no para de hablar lo definiría
mejor, y explicaría que solo diga la verdad cuando, y si pudiera, permanecira callado.
La última ha
sido degradar a socialdemocrata a Karl Marx, el apóstol de la dictadura del
proletariado, o comunismo, lo peor que ha inventado el hombre para esclavizar a
sus semejantes.
Tan tremendo
dislate de Iglesias solo se explica porque:
a) dice lo que se le ocurre porque sabe que
los que lo escuchan no saben de lo que habla.
b) engaña a
los que hasta ahora se creían socialdemócratas sin saber lo que era la
socialdemocracia, para que al votar a Iglesias no traicionen demasiado su
pasado político.
Si convenciera
a los que se queden sin la lechuga que pidieron y hagan una ensalada con el champu
que Iglesias los convenció que aceptaran, deben saber que:
1.-Votar a
Iglesias para presidente del gobierno es ahora posible.
2.-Votar para
que, una vez lo sea deje de serlo, es imposible.
En el
comunismo sólo vota el comité central del partido, generalmente, eliminando al
que se atreva a discrepar de lo que ordene al secretario general.
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