El empedernido
optimista convencido de que el pasado fue peor que el presente y de que mañana
será mejor que hoy está desconcertado.
¿Cómo hay gente
que le desee la muerte inmediata a un niño al que le gustan las corridas de
toros para que un animal muera en un matadero tres años antes de que lo hagan
en una plaza de toros?
Por menos que
eso, el Dios justiciero hizo explotar una bomba de hidrógeno sobre Sodoma,
simplemente porque los sodomitas preferían aparearse con los de su mismo sexo
en lugar de con los del sexo complementario.
Apis, el dios egipcio
representado en la figura de un toro, ya era adorado como garante de la
fertilidad y las buenas cosechas, por lo que el antitaurinismo español actual
no es consecuencia de la evolución del pensamiento humano, sino de su retorno
al cruel pasado.
Es el del toro,
el gato, el perro y otros muchos bichos, a los que el hombre debe servir pretextando
imperativos ecológicos, solamente un retroceso a la época anterior en la que la
fe se anteponía a la razón como regla de comportamiento humano.
Ojo: si el
animal es igual o superior al hombre, es aconsejable animalizar al hombre, y el
medio para lograr ese fin es humanizar al animal.
A esa tarea nos
dedicamos cada vez con más empeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario