Lo que faltaba para el duro es que sea verdad
lo que he leído que dijo Juan Carlos Blanco, portavoz de la Junta de Andalucía:
que las técnicas de relajación y concentración mental individuales influyen
favorablemente en el rendimiento de los trabajadores.
La prueba de
que debe ser cierto es que a eso se le llama mindfulness, una palabra de
resonancias norteamericanas que quiere decir tener la mente tan abierta como un
cortijo sin alambradas.
¿Y en eso
pierde el tiempo la Junta de Andalucía? ¿Es que ya no tienen eres,
mercasevillas y otros enjuagues?
Es que la
Junta, que se preocupa del bienestar de su legión de empleados para que siga
siendo su principal almáciga de votantes, se ha compadecido de que trabajaban
demasiado y les ha quitado un par de horas semanales.
Como el
tribunal supremo les dijo que a pesar de que la superioridad mental de los
andaluces sobre el resto de los españoles es indiscutible, no lo es que trabajen
menos horas que los demás, tienen que echar las mismas horas que todos.
Ahora bien,
como mi Susana Diaz es la más lista de los andaluces, que por algo es la
presidenta, le da vuelta y media a los demás españoles y hasta al mismo
Tribunal Supremo.
Ha decidido, y
punto en boca, que eso de la mindfulness es la repera y que los trabajadores de
la junta se concentren en el recato de sus hogares o en la convivencia social
de las tabernas dos horas de los cinco días laborables, que les serán abonados
como si no se hubieran retirado de la fragua.
¿Entienden por
qué los socialistas mandan en Andalucía desde que Franco dejó de mandar y por
qué mi Susana, que es la más lista de todos nosotros, manda en los andaluces,
seamos del partido que seamos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario