El cambio del Presidente de la Agencia de
Noticias EFE, de titularidad estatal ejercida por el Gobierno, prueba que en el
nombramiento de Fernando Garea para el cargo no ha influido su
conocimiento de esa herramienta periodística singular.
En los casos anteriores al de Garea
también influyó más la supuesta fidelidad del nombrado al gobierno que lo
nombró que su conocimiento para dirigir el medio para el que fue nombrado.
Excepto en dos casos: los de Carlos Mendo
y Ricardo Utrilla.
El primero se habia formado y desempeñado
puestos de responsabilidad en la norteamericana “United Press Interrnational” y
el segundo en la francesa “France Presse” aunque su salto a EFE lo
dio desde el semanario marcadamente opinativo “Cambio 16” que
dirigió.
Basta el primer párrafo de la información
que sobre el nuevo presidente publica El Confidencial, del que era director
adjunto, para confirmar que no ha sido el conocimiento del medio que
dirigirá lo que le ha valido el nombramiento:
El propio periodico El Confidencial Digital,
del que Garea era director adjunto cuando fue propuesto para presidir EFE,
asegura que “ha defendido un periodismo crítico con el
poder, ha hecho un alegato por la dignidad de la profesión y ha mostrado su
intención de rejuvenecer
la plantilla de este medio público”.
Se propone,
pues, que la Agencia deje de ser una organización informativa para
convertirla en un activo rorganismo crítico y opinativo.
Renuncia así a
que gran parte de los medios informativos (periódicos, semanarios, emisoras de
radio y televisión de todo el mundo) y de ideología diferentes y hasta
contradictorias, contraten los servicios de la Agencia.
El
rejuvenecimiento de la plantilla. loable propósito anunciado por el nuevo
presidente, sería una ocasión óptima para que, en lugar de informadores
neutrales, manejen EFE periodistas críticos con el poder, tanto el que ejerce
en España el socialismo de Pedro Sanchez como el que ejerza el de la
ideologia que sea, el que mande en el pais donde EFE recoja y difunda
información.l
Es menester
esperar para ver qué clase de periodismo crítico con el poder, empezando por el
que lo ha designado para el cargo, practica EFE durante la Presidencia de
Garea.
(Hay que aclarar que han sido todos los
gobiernos, tanto durante el franquismo como después, los que han nombrado al
mandamás en la agencia, una especialidad del periodismo que se fundamente en la
información sin mezcla de opinión.
En las agencias de prensa, por naturaleza,
está prohibida la opinión personal del redactor y, en las raras ocasiones en
que la agencia quiera expresar su posición en conflictos en los que se sienta o
haya sido involucrada, nunca debe hacerlo como parte de la información
rutinaria.
(El periodismo español nace en los siglos
de la ilustración, como medio para expresar opiniones
contradictorias o compartidas entre los que las difundían y los que
las leían, en arte, religión, politica o doctrinas, por lo que era
fundamentalmente opinativo porque no necesitaba informar, ya que se
suponía que los lectores conocían de lo que se estaba debatiendo).
Hay otro periodismo, como el anglosajón,
que nace para informar a los habitantes de las ciudades portuarias sobre las
mercancías que llegaban en los barcos, su cantidad y posible precio que se
establecería posteriormente en las subastas.
La agencia de prensa actual se dedica
actual a éste segundo tipo de periodismo hasta el punto de que, por ejemplo, si
se alguna opinión incluye en sus informaciones, debe identificar al
opinante.
La Agencia de Prensa EFE, que ha tenido
tantos responsables máximos como gobiernos se hayan sucedido en la España pre y
postconstitucional, solo ha tenido a su frente a dos periodistas formados en la
exclusiva modalidad periodística que es la agencia informativa.
Los demás procedían todos ellos del
periodismo opinativo y accedieron al cargo porque sus opiniones
publicadas, previas a su nombramiento, solían coincidir con las defendidas por
el gobernante que posteriormente los nombraría.
Al menos el recién nombrado Garea no
esconde lo que hará con EFE y cómo conseguirlo: rejuvenecerá la plantilla para
que los nuevos contratados sean críticos con el poder que pretenda gobernar
desplazando al poder que lo haya nombrado, pero defenderá a capa y espada al
poder que lo nombró.
Y a pesar de que no oculte que pretenda
convertir EFE en algo diferente a una agencia de noticias, cuando un gobierno
de diferente pelaje político suceda al gobierno que lo ha nombrado, EFE seguirá
siendo una Agencia de Prensa, sin opinión critica ni favorable al que gobierne.
O seguirá la senda trazada por Garea y se
dedicará fundamentalmente a captar afines ideológicos y a fustigar a los de
ideología opuesta.
Habrá dejado de ser una agencia de prensa.
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