viernes, 10 de mayo de 2019

METER LA PATA Y LA MANO


Los predicadores llevan siglos explicándolo: Cristo cargó la cruz en la que murió en representación y beneficio redentor de todos los hombres.
¿Y qué son los políticos sino cristos de pacotilla, que asumen sobre sus hombros la ominosa cruz del poder, para redimir de sus pesares a todos sus conciudadanos?
Cristo murió por asumir las culpas de todos los hombres, conciudadanos suyos de todas las naciones, tribus y tiempos.
Los políticos son menos pretenciosos: se conforman con asumir la responsabilidad de redimir a sus compatriotas nacionales, autonómicos y, dentro de unos dias, municipales.
¿Y los redimirán?
Tontos serían si lo hicieran y. de tontos, no tienen nada.
La principal virtud reconocida a los políticos es su solidaridad de clase, que explica todas sus acciones y omisiones durante el ejercicio de su cargo.
A la luz de esa linterna se explican las barrabasadas, tropelias y hasta latrocinios (¿o será lazotrinios?) comunes a todos los políticos en el ejercicio de sus funciones,
Un politico como debe ser (“comme il faut”), debe procurar robar, equivocarse y empeorar de tal manera la situación general que heredó, que los ciudadanos estén ansiosos de acudir a las urnas para elegir a su sucesor.
Que, si demostrara solidaridad de casta con su antecesor y con el que será su sucesor, meterá la pata lo más posible. 
¿Solo la pata?
--Es obvio que no hay que recomendarle que meta a mano.Ya lo sabe.

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