Si yo trabajara en un medio
informativo del que el Rey hubiera dicho que es “una institución al servicio de
la democracia” habría fruncido el ceño (con e y no con o) y habría dicho
“lagarto, lagarto”
¿Qué carajo tiene que ver un
negocio que recoge, elabora y vende noticias con la manera en la que los que
manden consiguieron llegar al mando y seguir mandando?
¿Por qué un tio que recoge huevos en diferentes
caseríos para vendérselos con una ganancia a los que pagan por comer huevos de granja,
no sirve a la democracia y los periodistas sí lo hacen?
Para mí que, como el rey es un hombre que sabe lo que dice y
para qué lo dice, pretendia sobre todo dorarle la pildora a los periodistas
(aspirantes insaciables muchos de ellos a sanguijuelas de los políticos) en una especie de “do ut
des” (pásame la mano por el lomo para que yo te acaricie el belfo).
Ay el Crisóstomo, qué falta hace
estos dias.
Dias en los que “vanidad de
vanidades, todo vanidad” se ha reemplazado por “lo que de ti saque, es lo que
de ti me interesa”.
Como antes, ahora, mañana y
siempre.
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