viernes, 1 de noviembre de 2019

DIA DE MUERTOS


Ay este día de muertos en que los que ya somos viejos visitábamos el cementerio estrenando el saquito que nuestras madres habían tejido durante el tórrido verano.
   Como pavos reales íbamos, y ahora vamos cabizbundos y meditabajos, agobiados por el peso de la responsabilidad que, para ejercerla sin error, nos tiene a todos achantados.
    ¿Qué pasa?¿Hay que salvar a alguien? ¿Hay que matar a alguien?
Peor, hay que decidir, cada uno en la intimidad inviolable de su mismidad, a quien de entre todos le corresponde el privilegio y el sacrificio de pensar por todos, de decidir por todos, de velar por todos.
    ¿Otras elecciones?
Y las que haga falta, que bastantes penalidades sufrimos y demasiadas humillaciones padecimos cuando teníamos que obedecer al que mandaba sin que lo hubiéramos mandatado para que lo hiciera.
    ¿Pues no dicen que cualquiera tiempo pasado fue mejor?
Y lo es. Esperemos para comprobarlo a que gobierne el futuro dictador de la próxima dictadura.

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