Hay gente que
pasa por la historia de manera tan discreta que no parece que hubiera vivido.
Otros se empeñaron
y lograron cambiar la historia hasta que el horno llameante que es la historia
los engulló.
Y hay gente que,
como aquel Goebbels prolífico y
cojitranco, sentencia que una mentira repetida mil veces se convierte en
verdad.
--Pero, qué
inverecundia, qué desfachatez, ¿a quién se le ocurrió esa ocurrencia, quien
puede caer en tal patraña?
--Pues, sin ir más
lejos, a Pablo Iglesias y no hace ni doce horas. Anoche mismo, en ese aquelarre
de brujas posesas que parecía el debate de los aspirantes al gobierno de
España.
-- ¿Y qué dijo?
--Pues, como materialista
dialéctico que es, abogó en favor de que “la banca”, con los dineros que el
Estado se gastó en tiempos para recuperarla, pague gastos estatales que a la
administración le faltan ahora.
--Pues me parece
muy bien, no sé por qué se asombra.
--Porque aquel ya
mítico rescate de la Banca se limitó al sector de las Cajas de Ahorro,
gestionadas a la sazón por Consejos de Administración designados por los
partidos políticos.
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