ENTRE ARRULLOS Y MUGIDOS
Podemos se inventa el ‘agrofeminismo’: quiere condicionar parte de las ayudas al campo a que trabajen mujeres” (OK Diario, 08-03-2020)
Hora era ya de que alguien ecuánime reparara una ancestral injusticia y exigiera que también las mujeres gozaran del placer del trabajo en el campo y del ameno quehacer rústico, alegrado por el canto de las avecillas.
Agriredentora debería ser proclamada madame Iglesias por satisfacer la ancestral demanda de las mujeres, postergadas por los hombres de las amables ocupaciones campesinas.
Y no solo se merece esa distinción honorífica.
Y es que madama Iglesias, esforzada compañera del intrépido vicepresidente Pablo Iglesias, anhela huir de las moquetas de los despachos para que sus gráciles pies se posen sobre la mullida hierba.
Debería ser invitada la señora del señor Iglesias a que, durante los amenos recreos que pauten la labor agrícola, entonara bellas melodías pastoriles, recias coplas serranas y tiernas églogas puntuadas por roncos gritos de “toma ya, toma ya” de sus colegas masculinos.
Agriredentora debería ser proclamada madame Iglesias por satisfacer la ancestral demanda de las mujeres, postergadas por los hombres de las amables ocupaciones campesinas.
Y no solo se merece esa distinción honorífica.
Y es que madama Iglesias, esforzada compañera del intrépido vicepresidente Pablo Iglesias, anhela huir de las moquetas de los despachos para que sus gráciles pies se posen sobre la mullida hierba.
Debería ser invitada la señora del señor Iglesias a que, durante los amenos recreos que pauten la labor agrícola, entonara bellas melodías pastoriles, recias coplas serranas y tiernas églogas puntuadas por roncos gritos de “toma ya, toma ya” de sus colegas masculinos.
“Podemos se inventa el ‘agrofeminismo’: quiere condicionar parte de las ayudas al campo a que trabajen mujeres” (OK Diario, 08-03-2020)
Hora era ya de que alguien ecuánime reparara una ancestral injusticia y exigiera que también las mujeres gozaran del placer del trabajo en el campo y del ameno quehacer rústico, alegrado por eñl canto de las avecillas.
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LA PERSUASION
Boqueaba ya su larga vida de meditación cuando un filósofo le transmitió a un discípulo sus conclusiones sobre el ser, el parecer, la verdad, la “inverdad” (todas las mentiras en sus infinitas categorías), la esencia y la apariencia.
--Lo que no es, no puede ser.
Y el discípulo, después de toda su propia vida meditando el significado del mensaje del maestro, avisó al ya casi anciano que desde niño lo había servido y acompañado: “no es posible lo imposible...
Ver más--Lo que no es, no puede ser.
Y el discípulo, después de toda su propia vida meditando el significado del mensaje del maestro, avisó al ya casi anciano que desde niño lo había servido y acompañado: “no es posible lo imposible...
Andan sueltas dos amenazas por el mar proceloso de la vida que los compañeros de mi edad feliz tiritamos de pavor al imaginar que pudieran afectarnos.
a) La tentación de que los que se saben menos crean que todos somos iguales.
b) La de que, las que quieran regresar solas y borrachas a sus casas, lo hagan en automóvil y les pongan una multa.
a) La tentación de que los que se saben menos crean que todos somos iguales.
b) La de que, las que quieran regresar solas y borrachas a sus casas, lo hagan en automóvil y les pongan una multa.
"El Gobierno dice que revelar lo que hablaron Delcy y Ábalos “puede perjudicar gravemente a España” (OK Diario, 05-03-2020).
Estos rojos vergonzantes son lo que nadie creía que pudieran llegar ser:
Si no fuera porque la comparacion les viene demasiado holgada, equiparan la discreción de Hitler y Franco en su encuentro de Hendaya con la cita semiclandestina y de madrugada que, en las tinieblas solitarias de un aeropuerto, mantuvieron la exótica venezolana y el apuesto ministro español.
Estos rojos vergonzantes son lo que nadie creía que pudieran llegar ser:
Si no fuera porque la comparacion les viene demasiado holgada, equiparan la discreción de Hitler y Franco en su encuentro de Hendaya con la cita semiclandestina y de madrugada que, en las tinieblas solitarias de un aeropuerto, mantuvieron la exótica venezolana y el apuesto ministro español.
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