lunes, 4 de mayo de 2020

VIVIR SIN QUE SE NOTE


Si bien se mira, y en estos tiempos en que el recurso a la fuerza física está mal visto, manda el que tenga más capacidad de sobornar a los demás.
   ¿Y los demás se resisten mucho a que los sobornen?
 --Ni mucho menos porque el sobornado, si fracasara el propósito para el que se dejó sobornar, culpará al que lo sobornó o a los que se opusieron a la trama.
   --Pero eso es una sinvergonzonería.
   --¿Y qué debe hacer una persona a la que le repugne, por acción u omisión, cooperar en las granujadas de las granujas?
   --Pues debería dedicar su tiempo a contemplar cómo se deslizan por el íñigo celestial las esponjosas nubes, a oir cómo trinan sus trinos las avecillas que hayan sobrevivido al exterminio de los insecticidas.
   --¿Y si uno se contentara con il dolce far niente (el placentero no hacer nada)?
   --Pues es la solución más acertada al acertijo del ser y el hacer que es la vida.
   --Esforcémonos, pues, en vivir como si ya no estuviéramos (o estuviésemos) vivos.

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