sábado, 26 de septiembre de 2020

AÑORANZA DE LO QUE YA NO ES

 

   La historia demuestra que era certera aquella maledicencia de que Franco y España eran un concepto indivisible.

   Muerto Franco, España entró en situación agónica con final que ya se presiente: su desaparición como concepto que abarcaba a todos los habitantes que poblaban su geografía.

   Quizá la nueva España sea la España preborbónica, en la que los reyes de cada uno de sus reinos era reconocido soberano únicamente en sus dominios.

    Estas entidades autonómicas, con ínfulas todas ellas de ser el eje a cuyo alrededor giran los planetas del sistema solar, han llegado a la conclusión de que su peor enemigo es el gobierno del conjunto que, en teoría debería prevalecer sobre todas y cada una de las fracciones.

   En ésta España, como en la de los tiempos de los Austria, no son sus habitantes los beneficiarios de los esfuerzos de los que la pueblan.

   En la de hace cinco siglos, el producto de las ganancias españolas allegadas por la colonización y explotación de tierras lejanas las destinaban sus reyes a la defensa del Imperio Austríaco.

  --  ¿Y ahora?

   --Ahora, las hordas de políticos que se suceden en la explotación de España tienen un propósito más razonable: el amejoramiento social y económico de cada uno de ellos y, por consiguiente, de sus descendientes y otros allegados.

   --Y eso, ¿cómo lo hacen?

-- Con procedimientos similares a los de “la cosa nostra” de las películas de cine: cargándose ( a tiros o con la ninguanacion de los que no sean de su familia) porque pertenecen a otro partido).

   --Ahora se explica uno por qué lucharon tan brava y ferozmente contra el régimen opresor de Franco los que acabaron con la dictadura.

   -- Imperativo moral. Lucharon por la democracia. Sacrificaron el confortable anonimato de sus vidas por la incómoda fama, el rubor que les provocan los halagos y el denodado esfuerzo para derrotar  a las acechantes fuerzas de la reacción.

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