Los Estados Unidos
están acostumbrados a sobrevivir a presidentes del Partido Demócrata como lo fue
Kennedy, que estuvo dispuesto a mandar el fin del mundo por unas simples bombas
atómicas que Rusia montó en Cuba.
Los norteamericanos,
que resistieron lo de Cuba, lo de Vietnam y hasta el desmadre de Obama, puede que no
estén preparados para que Kamala Harris,
una mujer que además de católica es negra, presida los Estados Unidos.
Esa es la pregunta
que se hace alguien que ama a aquellos Estados Unidos en los que vivió cinco
espléndidos años, cuando la nación más poderosa de la tierra estuvo tutelada
por Richard Nixon, un auténtico WASP ( blanco, anglosajón y protestante).
Es el de los
Estados Unidos un pueblo vigoroso y aguantador: ha sobrevivido a presidentes
como Jimmy Carter o Kennedy.
Pero, ¿sobrevivirá
a una presidenta mujer, que además de negra sea católica?
Para esa eventualidad
deben prepararse los norteamericanos porque Kamala Harris, una mestiza y
católica nacida en 1964, será la obligada timonel del barco americano en caso
de que falte el anciano ya presidente-electo Biden.
Precavidos como son,
hasta esa improbable posibilidad la proclaman como norma los Estados Unidos, en
el texto “In God we trust”, (“Confiamos en Dios”) que aparece en los billetes
de sus dólares.
¿Sobrevivirían
unidos los Estados a una presidenta y negra?
Difícil es, a estas alturas del rudo quehacer
que es la vida, acertar en el pronóstico.
Hay quienes se extrañan de ésta mi preocupación por lo que
ocurra en un país que no es el mío.
Porque espero que
lo sea antes de que Dios me encargue otras tareas, en otro mundo.
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