He pasado de la sospecha a la duda y empiezo a creer que eso de la sabiduría popular es una patraña banal o, lo que es peor, una argucia para dorarle la píldora a la plebe y ganarse su benevolencia.
Porque, en estos días de dolce far niente, en que los que todavía tienen trabajo han compartido la agradable tarea de no hacer nada con los que ya estamos jubilados, me he dedicado a indagar las razones por las que Esperanza Aguirre es la única gobernante de éste país a la que los sindicatos le han puesto la proa.
La gente dice que Esperanza Aguirre es más lista que una ardilla y que José Luis Rodríguez Zapatero es más tonto que Abundio.
Patrañas, infundios, palabrería vana porque, por mucho que la letra flamenca lo asegure, voz del pueblo no es voz del cielo.
Contra la sabiduría popular, el frío mentís de los hechos:
Mientras los sindicatos tienen a la Aguirre desvelada y ojerosa, a Zapatero lo dejan pimpante y lozano como una rosa.
A la Presidenta de la Comunidad de Madrid, que presume de haber hecho más hospitales, kilómetros de metro, escuelas, carreteras y otras obras públicas que nadie, los sindicatos le tapan la boca un día sí y otro también a la Televisión de su Comunidad y dicen que van a pararle el metro, del que tanto se ufana, el día que vengan los jerarcas olímpicos para estudiar la candidatura de Madrid.
Zapatero, que alardea de haberse traído de Irak unos soldados que llegaron a aquél país cuando ya había terminado la guerra y de haber echado a andar la alianza de las civilizaciones, los sindicatos tienen la cortesía de no recordarle los cuatro millones de trabajadores a los que tiene en paro y le doran la píldora, no para que les de trabajo, sino para que les prorrogue indefinidamente el subsidio de desempleo.
¿Por qué los sindicatos están tan a gusto con Zapatero y tan a disgusto con la Aguirre?
Evidentemente, porque Zapatero es el listo y la tonta es la presidenta de Madrid.
Zapatero sabe que, por muy caro que sea el precio de algo, siempre será barato si el dinero que tiene que pagar no es suyo. Por eso paga la paz sindical que necesita con el dinero del Estado que, al ser de todos, no es de nadie aunque sea el gobierno que preside el que lo administre.
La astuta Aguirre, por el contrario, es tan ingenua que todavía no se ha enterado de que su mayor preocupación debería ser que la reelijan en el cargo que tiene. Que se lo diga su colega de Francia, el marido de esa señora tan apetitosa que lió la marimonera en Madrid, en vísperas del aniversario de la que armaron sus compatriotas cuando lo de Napoleón.
Que se deje por tanto la joven Aguirre de preocuparse por los ciudadanos de su Comunidad, empiece la caridad por sí misma y compre la paz social que le están alterando.
Que la lista aprenda del torpe y le dé a los sindicatos las subvenciones que le pidan, coloque a sus liberados y los deje dirigir la televisión, el metro y, si se empeñan, hasta las orquestas y teatros de la Comunidad. Como Zapatero, comprar voluntades en vez de gastarse el dinero en inversiones para que las disfruten unos desagradecidos que, tarde o temprano, le negarán su voto.
Y si los sindicatos quieren cien por quedarse calladitos, que les dé mil.¿Será por dinero?
domingo, 3 de mayo de 2009
miércoles, 29 de abril de 2009
TUFOS MALOLIENTES DE LA GRIPE PORCINA
El licenciado Herrera Beltrán está irritado porque nadie cree, como tozudamente repite, que la peste porcina que tiene atemorizado a todo el mundo se originó en China.
Su teoría, expuesta en un mensaje desde el Palacio de Gobierno de Veracruz, estado mexicano del que Fidel Herrera Beltrán es Gobernador, es que el brote epidémico brotó en China “y de ahí llegó, por pasajeros, a Norteamérica y seguramente al Distrito Federal y al Estado de México.”
Alejandro Valdés, chiapaneco de San Cristóbal de las Casas, sospecha que el licenciado busca culpables tan lejos para eludir la responsabilidad en que podría haber incurrido por no atajar a tiempo la epidemia.
Alejandro Escobar Mesa, subdirector de prevención y control de enfermedades de la Secretaria (Ministerio) de Salud y Asistencia del gobierno federal mexicano, dice que en el poblado La Gloria, del municipio veracruzano de Perote, 500 de sus 2.243 habitantes sufrieron enfermedades respiratorias entre Diciembre y Marzo, de las que dos murieron por neumonía.
En su mensaje, el gobernador de Veracruz desmintió que el primer contagio a humanos de la peste porcina hubiera ocurrido en la explotación ganadera de Perote Granjas Carroll , con instalaciones en los estados de Puebla y Veracruz.
La empresa corroboró que no tiene registrados casos de influenza en ninguno de sus 907 empleados, en sus 60.000 marranas de cría ni en el medio millón de cerdos de sus corralejas.
Aunque parece indudable que Edgar Enrique Hernandez, un niño de cinco años de La Gloria, todavía convaleciente, fue el primer humano al que se confirmó el contagio, el gobernador insiste en que no fue en su Estado donde se inició la epidemia.
Según el diario “El Universal”, son muchos los veracruzanos convencidos de que su gobernador defiende sus propios intereses cuando niega que el brote surgiera en alguna de las pocilgas de Granjas Carroll.
Fidel Herrera Beltrán es, por lo menos, un personaje discutido. Sus partidarios pronostican que será el candidato de su Partido, el Revolucionario Institucional,(PRI) para las elecciones presidenciales de 2012, cuando finalice el sexenio de Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).
Los que lo acusan, sin embargo, dicen que debe su actual posición política a intereses tan turbios como la connivencia con “Los Zetas”, sicarios del cártel narcotraficante del Golfo, infiltrados en el aparato burocrático, policial y militar en varios estados mexicanos y responsables de centenares de asesinatos y secuestros
Periódicos mexicanos aseguran que un informe del Mando Conjunto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (USJFCOM) incluye el nombre de Herrera entre una lista de políticos mexicanos que amparan el tráfico de drogas a Estados Unidos.
Puede que el reciente arresto por el ejército de Germán Torres, uno de los fundadores y “z-25” de Los Zetas, prófugo de sus compinches que lo perseguían por temor a que hablara, aclare el supuesto padrinazgo político de la banda.
Si es que su captura tiene por objeto hacerlo hablar y no, como temen algunos, sellarle la boca.
Su teoría, expuesta en un mensaje desde el Palacio de Gobierno de Veracruz, estado mexicano del que Fidel Herrera Beltrán es Gobernador, es que el brote epidémico brotó en China “y de ahí llegó, por pasajeros, a Norteamérica y seguramente al Distrito Federal y al Estado de México.”
Alejandro Valdés, chiapaneco de San Cristóbal de las Casas, sospecha que el licenciado busca culpables tan lejos para eludir la responsabilidad en que podría haber incurrido por no atajar a tiempo la epidemia.
Alejandro Escobar Mesa, subdirector de prevención y control de enfermedades de la Secretaria (Ministerio) de Salud y Asistencia del gobierno federal mexicano, dice que en el poblado La Gloria, del municipio veracruzano de Perote, 500 de sus 2.243 habitantes sufrieron enfermedades respiratorias entre Diciembre y Marzo, de las que dos murieron por neumonía.
En su mensaje, el gobernador de Veracruz desmintió que el primer contagio a humanos de la peste porcina hubiera ocurrido en la explotación ganadera de Perote Granjas Carroll , con instalaciones en los estados de Puebla y Veracruz.
La empresa corroboró que no tiene registrados casos de influenza en ninguno de sus 907 empleados, en sus 60.000 marranas de cría ni en el medio millón de cerdos de sus corralejas.
Aunque parece indudable que Edgar Enrique Hernandez, un niño de cinco años de La Gloria, todavía convaleciente, fue el primer humano al que se confirmó el contagio, el gobernador insiste en que no fue en su Estado donde se inició la epidemia.
Según el diario “El Universal”, son muchos los veracruzanos convencidos de que su gobernador defiende sus propios intereses cuando niega que el brote surgiera en alguna de las pocilgas de Granjas Carroll.
Fidel Herrera Beltrán es, por lo menos, un personaje discutido. Sus partidarios pronostican que será el candidato de su Partido, el Revolucionario Institucional,(PRI) para las elecciones presidenciales de 2012, cuando finalice el sexenio de Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).
Los que lo acusan, sin embargo, dicen que debe su actual posición política a intereses tan turbios como la connivencia con “Los Zetas”, sicarios del cártel narcotraficante del Golfo, infiltrados en el aparato burocrático, policial y militar en varios estados mexicanos y responsables de centenares de asesinatos y secuestros
Periódicos mexicanos aseguran que un informe del Mando Conjunto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (USJFCOM) incluye el nombre de Herrera entre una lista de políticos mexicanos que amparan el tráfico de drogas a Estados Unidos.
Puede que el reciente arresto por el ejército de Germán Torres, uno de los fundadores y “z-25” de Los Zetas, prófugo de sus compinches que lo perseguían por temor a que hablara, aclare el supuesto padrinazgo político de la banda.
Si es que su captura tiene por objeto hacerlo hablar y no, como temen algunos, sellarle la boca.
lunes, 27 de abril de 2009
AGENCIA EFE: PELIGRO DE DESGUACE
Acabar con la fragmentación de España, de la que culpaba a la República, fue la excusa de Franco para alzarse en armas y desencadenar la guerra civil.
Para Franco, como para sus colegas totalitarios de la época, lo que su mano no controlaba suponía para la Patria un peligro suicida de desintegración.
La diversidad era, para Stalin, Mussolini, Hitler o Franco, una amenaza para la unidad, por lo que impusieron a las sociedades de sus países el partido único, un sindicato único, una raza única y combatieron las creencias religiosas o favorecieron un culto único.
En 1939, recién derrotada la República y en congruencia con ese intento totalitario de unidad, Franco impulsó la fusión de las agencias de noticias FARO, FABRA Y FEBUS, que en la zona republicana habían representado la diversidad ahora proscrita, para fundar EFE.
La nueva Agencia de Prensa, además, tenía como misión patriótica cohesionar la España fragmentada en dos mitades beligerantes, para impulsar la Imperial España Una, Grande y Libre que resurgiera de las ruinas de la guerra.
Los responsables que se sucedieron al frente de la Agencia pusieron su mejor voluntad, con resultados dispares, en dignificar el trabajo de EFE, y siempre intentaron que la asepsia que se exige de una agencia de prensa fuera la vacuna profesional contra su manipulación política.
Carlos Mendo Baos, como Director General, sacó a EFE de las fronteras nacionales en 1965 y, gracias a su expansión por Hispanoamérica, obligó a la Agencia española a profesionalizar los servicios informativos que ofrecía a sus clientes para que fueran aceptados por periódicos latinoamericanos de todas las ideologías.
Desde el castrista Bohemia, el izquierdista mexicano Excelsior, el también mexicano El Heraldo, activamente conservador o el anticastrista “El Diario de las Américas”, de Miami, recibían y publicaban los mismos textos de EFE, asépticamente desprovistos de opiniones ideológicas para que la pureza de la información la aceptaran todos.
Ha sufrido la Agencia, a lo largo de su historia, errores de sus responsables que amenazaron su existencia: la administración que se hizo cargo de EFE y de sus 647 trabajadores en 1986, decidió comprometer la empresa en el lanzamiento de Telemadrid y, cuando fue cesada en 1996, la plantilla ascendía a 1.300 empleados.
El inevitable Expediente de Regulación de Empleo privó a la Agencia de sus más experimentados profesionales que, equivocadamente, la Dirección nombrada por el Partido Popular creía afines al Partido Socialista.
Es facultad de los gobiernos nombrar a los máximos responsables de la Agencia y algunos adoptaron medidas que amenazaron su supervivencia aunque la que sucedió a la del ERE, socialista ahora, puede que lo consiga.
Aduciendo la necesidad de adecuarse a la Ley de Autónomos, se ha quedado sin los corresponsales locales que, como colaboradores, surtían de noticias desde más de 4.000 pueblos de España al servicio informativo de EFE.
Sin información local, y con la nacional e internacional al alcance de todos gracias al desarrollo tecnológico, EFE deja de ser lo que, hasta ahora, le permitió sobrevivir.
Para Franco, como para sus colegas totalitarios de la época, lo que su mano no controlaba suponía para la Patria un peligro suicida de desintegración.
La diversidad era, para Stalin, Mussolini, Hitler o Franco, una amenaza para la unidad, por lo que impusieron a las sociedades de sus países el partido único, un sindicato único, una raza única y combatieron las creencias religiosas o favorecieron un culto único.
En 1939, recién derrotada la República y en congruencia con ese intento totalitario de unidad, Franco impulsó la fusión de las agencias de noticias FARO, FABRA Y FEBUS, que en la zona republicana habían representado la diversidad ahora proscrita, para fundar EFE.
La nueva Agencia de Prensa, además, tenía como misión patriótica cohesionar la España fragmentada en dos mitades beligerantes, para impulsar la Imperial España Una, Grande y Libre que resurgiera de las ruinas de la guerra.
Los responsables que se sucedieron al frente de la Agencia pusieron su mejor voluntad, con resultados dispares, en dignificar el trabajo de EFE, y siempre intentaron que la asepsia que se exige de una agencia de prensa fuera la vacuna profesional contra su manipulación política.
Carlos Mendo Baos, como Director General, sacó a EFE de las fronteras nacionales en 1965 y, gracias a su expansión por Hispanoamérica, obligó a la Agencia española a profesionalizar los servicios informativos que ofrecía a sus clientes para que fueran aceptados por periódicos latinoamericanos de todas las ideologías.
Desde el castrista Bohemia, el izquierdista mexicano Excelsior, el también mexicano El Heraldo, activamente conservador o el anticastrista “El Diario de las Américas”, de Miami, recibían y publicaban los mismos textos de EFE, asépticamente desprovistos de opiniones ideológicas para que la pureza de la información la aceptaran todos.
Ha sufrido la Agencia, a lo largo de su historia, errores de sus responsables que amenazaron su existencia: la administración que se hizo cargo de EFE y de sus 647 trabajadores en 1986, decidió comprometer la empresa en el lanzamiento de Telemadrid y, cuando fue cesada en 1996, la plantilla ascendía a 1.300 empleados.
El inevitable Expediente de Regulación de Empleo privó a la Agencia de sus más experimentados profesionales que, equivocadamente, la Dirección nombrada por el Partido Popular creía afines al Partido Socialista.
Es facultad de los gobiernos nombrar a los máximos responsables de la Agencia y algunos adoptaron medidas que amenazaron su supervivencia aunque la que sucedió a la del ERE, socialista ahora, puede que lo consiga.
Aduciendo la necesidad de adecuarse a la Ley de Autónomos, se ha quedado sin los corresponsales locales que, como colaboradores, surtían de noticias desde más de 4.000 pueblos de España al servicio informativo de EFE.
Sin información local, y con la nacional e internacional al alcance de todos gracias al desarrollo tecnológico, EFE deja de ser lo que, hasta ahora, le permitió sobrevivir.
domingo, 26 de abril de 2009
PSOE: ALMUNIA POR ZAPATERO
Son tantas las ocasiones en las que su actuación posterior desmintió sus afirmaciones previas, que hay que ser muy cándido para no sospechar que, cuando dice que algo es verdad, está mintiendo.
Pero, por una vez al menos, estoy dispuesto a creer que es cierto, como lo oí decir el otro día en televisión, que “le resbalan” los consejos de que cambie el enfoque de su lucha suicida para sacar a España de la crisis económica.
Ojalá se equivoquen quienes creen que sus medidas, más que resolver el problema, lo agravan.
Si José Luis Rodríguez Zapatero acierta y sus críticos se equivocan, todos ganaremos y no solamente el Presidente del Gobierno.
De las predicciones de sus críticos, nadie se acordará pasado mañana, en éste país de amnésicos.
Pero, ¿y si son sus críticos los que aciertan y el Presidente se equivoca? Dios no lo quiera porque perderemos todos y, cuando llegue el momento de buscar responsables del fracaso, el dedo acusador apuntará a Zapatero y a los dirigentes de su Partido que compartieron la ceguera de su tozudez.
Zapatero pagará su error al perder su cargo pero, para que algún socialista vuelva a La Moncloa en un futuro previsible, muy escandalosamente mala tendrá que ser la gestión de los adversarios políticos que sucedan a los socialistas.
Si no le resbalaran las advertencias de los que le avisan que va por mal camino y admitiera que podría estar equivocado, no sería el primer caso en el que un político deja paso a otro dispuesto a seguir los consejos de quienes aconsejan un camino diferente.
Winston Churchill, como primer lord del Almirantazgo, formaba parte del gabinete de Neville Chamberlain y lo sucedió cuando la tragedia de la guerra convenció al Primer Ministro inglés del fracaso de su política de apaciguamiento con Adolf Hitler.
En el partido de Zapatero, un prestigioso economista que lo antecedió en la secretaría general del partido y es ahora comisario de Economía de la Comisión Europea, ha aconsejado medidas diferentes de las que José Luis Rodríguez Zapatero se niega a poner en vigor porque, en un gesto de soberbia barriobajera, dice que “le resbalan”.
No todos servimos para todo, nadie es infalible y la persistencia en el error, aunque moralmente justificado por la mejor de las intenciones, está causando mucho daño a muchas personas.
Por la confianza que sus electores depositaron al elegirlo, no se merecen que se niegue a escuchar los consejos que le dan. Si no se fía de sus adversarios políticos, que confíe en sus camaradas y, si sus escrúpulos ideológicos le impiden cambiar su política, que llame a Joaquín Almunia.
Pero, por una vez al menos, estoy dispuesto a creer que es cierto, como lo oí decir el otro día en televisión, que “le resbalan” los consejos de que cambie el enfoque de su lucha suicida para sacar a España de la crisis económica.
Ojalá se equivoquen quienes creen que sus medidas, más que resolver el problema, lo agravan.
Si José Luis Rodríguez Zapatero acierta y sus críticos se equivocan, todos ganaremos y no solamente el Presidente del Gobierno.
De las predicciones de sus críticos, nadie se acordará pasado mañana, en éste país de amnésicos.
Pero, ¿y si son sus críticos los que aciertan y el Presidente se equivoca? Dios no lo quiera porque perderemos todos y, cuando llegue el momento de buscar responsables del fracaso, el dedo acusador apuntará a Zapatero y a los dirigentes de su Partido que compartieron la ceguera de su tozudez.
Zapatero pagará su error al perder su cargo pero, para que algún socialista vuelva a La Moncloa en un futuro previsible, muy escandalosamente mala tendrá que ser la gestión de los adversarios políticos que sucedan a los socialistas.
Si no le resbalaran las advertencias de los que le avisan que va por mal camino y admitiera que podría estar equivocado, no sería el primer caso en el que un político deja paso a otro dispuesto a seguir los consejos de quienes aconsejan un camino diferente.
Winston Churchill, como primer lord del Almirantazgo, formaba parte del gabinete de Neville Chamberlain y lo sucedió cuando la tragedia de la guerra convenció al Primer Ministro inglés del fracaso de su política de apaciguamiento con Adolf Hitler.
En el partido de Zapatero, un prestigioso economista que lo antecedió en la secretaría general del partido y es ahora comisario de Economía de la Comisión Europea, ha aconsejado medidas diferentes de las que José Luis Rodríguez Zapatero se niega a poner en vigor porque, en un gesto de soberbia barriobajera, dice que “le resbalan”.
No todos servimos para todo, nadie es infalible y la persistencia en el error, aunque moralmente justificado por la mejor de las intenciones, está causando mucho daño a muchas personas.
Por la confianza que sus electores depositaron al elegirlo, no se merecen que se niegue a escuchar los consejos que le dan. Si no se fía de sus adversarios políticos, que confíe en sus camaradas y, si sus escrúpulos ideológicos le impiden cambiar su política, que llame a Joaquín Almunia.
viernes, 24 de abril de 2009
ZAPATERO, INADECUADO EN MOMENTO INOPORTUNO
Sería una vileza suponer falta de patriotismo a José Luis Rodríguez Zapatero porque hay que dar por descontada la honestidad del Presidente del Gobierno de España, elegido por los españoles.
Tanto como la nobleza de sus intenciones hay que admitir la sinceridad de sus tribulaciones cada vez que un nuevo dato contradice las previsiones alentadoras sobre el final de la crisis económica que previamente había adelantado.
Como la buena voluntad de José Luis Rodríguez Zapatero y su patriotismo no ofrecen dudas, hay que compadecerlo por la amarga angustia que debió acongojarlo al saber que el número de parados ya ha rebasado los cuatro millones y que, en lugar de disminuir, parece que va a aumentar.
Como patriota honesto, el Presidente del Gobierno se habrá preguntado más de una vez si está capacitado para pilotar a España y salvarla del naufragio, cada vez más amenazante, de su economía.
Es posible que José Luis Rodríguez Zapatero tuviera la mala suerte de que lo reeligieran, cuando España requería un gobernante que gestionara la penuria que se empecinó en no ver, mientras administraba todavía la prosperidad.
La labor de Zapatero en su primer mandato fue, por lo menos, discutible. En su segundo está claro que es el presidente menos adecuado en el momento más inoportuno.
Salvando las distancias, el de Zapatero es un caso parecido al de Neville Chamberlain, el primer ministro británico que, a pesar de todas las advertencias, persistió en su candidez de que sería capaz de apaciguar a Hitler, hasta que se convenció de su error y tuvo el buen juicio de dimitir.
La Historia demostró que Winston Churchill, su sucesor, era el hombre que Inglaterra necesitaba.
Es posible que José Luis Rodríguez Zapatero tenga virtudes excepcionales para dirigir el gobierno de España en momentos menos turbulentos, pero está claro que no es el Presidente adecuado para los actuales.
Por la ineficacia de sus esfuerzos y su contumacia en rechazar el cambio de rumbo que le aconsejan, está perdiendo el respeto de los españoles.
Si, en un gesto de grandeza, admitiera sus escrúpulos para adoptar las medidas que los expertos recomiendan, dimitiera y facilitara que lo suceda quien esté dispuesto a ponerlas en vigor, demostraría su patriotismo y su talla de estadista.
Y recuperaría el respeto de los españoles.
Tanto como la nobleza de sus intenciones hay que admitir la sinceridad de sus tribulaciones cada vez que un nuevo dato contradice las previsiones alentadoras sobre el final de la crisis económica que previamente había adelantado.
Como la buena voluntad de José Luis Rodríguez Zapatero y su patriotismo no ofrecen dudas, hay que compadecerlo por la amarga angustia que debió acongojarlo al saber que el número de parados ya ha rebasado los cuatro millones y que, en lugar de disminuir, parece que va a aumentar.
Como patriota honesto, el Presidente del Gobierno se habrá preguntado más de una vez si está capacitado para pilotar a España y salvarla del naufragio, cada vez más amenazante, de su economía.
Es posible que José Luis Rodríguez Zapatero tuviera la mala suerte de que lo reeligieran, cuando España requería un gobernante que gestionara la penuria que se empecinó en no ver, mientras administraba todavía la prosperidad.
La labor de Zapatero en su primer mandato fue, por lo menos, discutible. En su segundo está claro que es el presidente menos adecuado en el momento más inoportuno.
Salvando las distancias, el de Zapatero es un caso parecido al de Neville Chamberlain, el primer ministro británico que, a pesar de todas las advertencias, persistió en su candidez de que sería capaz de apaciguar a Hitler, hasta que se convenció de su error y tuvo el buen juicio de dimitir.
La Historia demostró que Winston Churchill, su sucesor, era el hombre que Inglaterra necesitaba.
Es posible que José Luis Rodríguez Zapatero tenga virtudes excepcionales para dirigir el gobierno de España en momentos menos turbulentos, pero está claro que no es el Presidente adecuado para los actuales.
Por la ineficacia de sus esfuerzos y su contumacia en rechazar el cambio de rumbo que le aconsejan, está perdiendo el respeto de los españoles.
Si, en un gesto de grandeza, admitiera sus escrúpulos para adoptar las medidas que los expertos recomiendan, dimitiera y facilitara que lo suceda quien esté dispuesto a ponerlas en vigor, demostraría su patriotismo y su talla de estadista.
Y recuperaría el respeto de los españoles.
miércoles, 22 de abril de 2009
POR QUE REMENDO ZAPATERO SU GOBIERNO
Aunque en estos tiempos de crisis debería evitarse el despilfarro, parece que el responsable de conducirnos de vuelta a la prosperidad perdida no se ha enterado.
Barak Obama, el amigo del gobernante español con apellido de artesano de la lezna y la chaveta, debería haberle avisado de que “time is money” y de que, como el tiempo es oro, no debería desperdiciarlo.
Si hubiera tenido el instinto frugal que los tiempos exigen, Zapatero se habría ahorrado el 99 por ciento del tiempo y las palabras que ayer gastó en el Congreso de los Diputados, porque solamente el uno por de lo que dijo y del tiempo que empleó en decirlo merecían, si acaso, la pena.
“…la competencia de proponer al rey cambios en las personas de los ministros, así como la de configurar la estructura del gobierno, se la otorgan en exclusiva a su presidente la constitución y las leyes”, advirtió Zapatero en el segundo párrafo de su discurso, con lo que le dijo a la Cámara que los cambios en su gabinete los había hecho porque le había dado la gana.
No hubiera necesitado la conceptuosa verborrea justificativa subsiguiente, achacando a un mejor cumplimiento de lo acordado en la reunión que los países miembros del G-20 celebraron en Londres el 2 de Abril el remiendo que le hizo a su gobierno.
Por si acaso se me hubiera escapado algún matiz que justificara la justificación para el cambio aducida por Zapatero, repasé minuciosamente el texto de los 29 puntos de la declaración londinense.
O he perdido la pericia de los tiempos en que informaba sobre las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, cuando me ganaba la vida en esos menesteres en Washington, o Zapatero no se enteró de lo que acordó con sus colegas del g20 en Londres.
Porque Zapatero y sus compañeros de reunión en la capital inglesa, por lo que dicen en su declaración final, no apuntan nada que pueda hacer recomendable una reestructuración del Gabinete español.
Si la ha hecho Zapatero ha sido porque ha querido y porque tenía derecho a hacerla. Seguramente confía en que los nuevos ministros cumplan mejor que los sustituidos lo que de ellos espera.
Nadie le discute su derecho, pero que no haga perder el tiempo con explicaciones peregrinas a los que, en vez de ganarse las cigalas en sus ocupaciones diarias, desperdiciaron oyéndolo decir banalidades una mañana tan placentera como la del 22 de Abril, que hubieran aprovechado mejor paseando por el Retiro.
Barak Obama, el amigo del gobernante español con apellido de artesano de la lezna y la chaveta, debería haberle avisado de que “time is money” y de que, como el tiempo es oro, no debería desperdiciarlo.
Si hubiera tenido el instinto frugal que los tiempos exigen, Zapatero se habría ahorrado el 99 por ciento del tiempo y las palabras que ayer gastó en el Congreso de los Diputados, porque solamente el uno por de lo que dijo y del tiempo que empleó en decirlo merecían, si acaso, la pena.
“…la competencia de proponer al rey cambios en las personas de los ministros, así como la de configurar la estructura del gobierno, se la otorgan en exclusiva a su presidente la constitución y las leyes”, advirtió Zapatero en el segundo párrafo de su discurso, con lo que le dijo a la Cámara que los cambios en su gabinete los había hecho porque le había dado la gana.
No hubiera necesitado la conceptuosa verborrea justificativa subsiguiente, achacando a un mejor cumplimiento de lo acordado en la reunión que los países miembros del G-20 celebraron en Londres el 2 de Abril el remiendo que le hizo a su gobierno.
Por si acaso se me hubiera escapado algún matiz que justificara la justificación para el cambio aducida por Zapatero, repasé minuciosamente el texto de los 29 puntos de la declaración londinense.
O he perdido la pericia de los tiempos en que informaba sobre las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, cuando me ganaba la vida en esos menesteres en Washington, o Zapatero no se enteró de lo que acordó con sus colegas del g20 en Londres.
Porque Zapatero y sus compañeros de reunión en la capital inglesa, por lo que dicen en su declaración final, no apuntan nada que pueda hacer recomendable una reestructuración del Gabinete español.
Si la ha hecho Zapatero ha sido porque ha querido y porque tenía derecho a hacerla. Seguramente confía en que los nuevos ministros cumplan mejor que los sustituidos lo que de ellos espera.
Nadie le discute su derecho, pero que no haga perder el tiempo con explicaciones peregrinas a los que, en vez de ganarse las cigalas en sus ocupaciones diarias, desperdiciaron oyéndolo decir banalidades una mañana tan placentera como la del 22 de Abril, que hubieran aprovechado mejor paseando por el Retiro.
martes, 21 de abril de 2009
COSLADA: EL OESTE AL ESTE DE MADRID
Esta es la historia de dos ciudades,aunque no la relatada por Charles Dickens.
Los vecinos de la primera son imaginados. Los de la segunda, de carne y hueso.
La primera es un polvoriento lugar de casas de madera alrededor de un saloon donde malencarados vaqueros beben whisky mientras petrimetres tramposos desvalijan a los incautos, jugando al poker.
La segunda, situada cerca del aeropuerto de Barajas donde muchos de sus 90.000 habitantes trabajan, esperaba hace un año haberse librado para siempre de la tiranía de un déspota fullero .
El perdido lugar sin nombre de las películas del oeste y la bulliciosa ciudad de Coslada,al este de Madrid, en casi nada se asemejan, pero tienen un mismo problema: ha regresado el sheriff al que nadie quiere.
En la primera, ya lo sabemos porque muchas veces lo hemos presenciado, el bonachón aparentemente indefenso que parecía incapaz de romper un plato se ve empujado a enfrentarse al matón, es inesperadamente más rápido y más certero con el colt, se carga al indeseable, el poblado recupera la paz y el justiciero se casa con la chica de alterne regenerada.
Lo de Coslada parece que va a ser más difícil porque, dicen, las leyes permiten que el sheriff recupere su estrella y, a su amparo, siga jodiendo al personal.
Las Escrituras sentencian que no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre lo que, traducido a nuestros días, quiere decir que las leyes se aprueban para servir a los ciudadanos y no son los ciudadanos los que tienen que someterse a leyes injustas e ineficaces.
¿Qué ley es esa ley que impide a la justicia evitar lo que todos creen que es injusto?
Muy fino tienen que hilar para justificarse quienes permiten que, en un sistema en el que gobierna el pueblo, las leyes que se elaboran para servir a los ciudadanos se vuelvan en su contra.
Sobre todo porque no es el de Coslada el primer caso en el que, en España, las leyes benefician al delincuente y penalizan a su víctima.
Tiempo sobrado han tenido los responsables para adecuar las leyes a lo que los ciudadanos exigen. Demorar su enmienda para hacerlas garantistas de los derechos del que sufre las agresiones y no del que las comete es una torpeza inexplicable.
Si siguen beneficiando al transgresor, el caso de Coslada, el de los terroristas libres, el de los atracadores reincidentes o el de los violadores pertinaces puede acabar como el del pueblo sin nombre del polvoriento oeste.
Y eso no solamente sería malo, sino evitable.
Los vecinos de la primera son imaginados. Los de la segunda, de carne y hueso.
La primera es un polvoriento lugar de casas de madera alrededor de un saloon donde malencarados vaqueros beben whisky mientras petrimetres tramposos desvalijan a los incautos, jugando al poker.
La segunda, situada cerca del aeropuerto de Barajas donde muchos de sus 90.000 habitantes trabajan, esperaba hace un año haberse librado para siempre de la tiranía de un déspota fullero .
El perdido lugar sin nombre de las películas del oeste y la bulliciosa ciudad de Coslada,al este de Madrid, en casi nada se asemejan, pero tienen un mismo problema: ha regresado el sheriff al que nadie quiere.
En la primera, ya lo sabemos porque muchas veces lo hemos presenciado, el bonachón aparentemente indefenso que parecía incapaz de romper un plato se ve empujado a enfrentarse al matón, es inesperadamente más rápido y más certero con el colt, se carga al indeseable, el poblado recupera la paz y el justiciero se casa con la chica de alterne regenerada.
Lo de Coslada parece que va a ser más difícil porque, dicen, las leyes permiten que el sheriff recupere su estrella y, a su amparo, siga jodiendo al personal.
Las Escrituras sentencian que no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre lo que, traducido a nuestros días, quiere decir que las leyes se aprueban para servir a los ciudadanos y no son los ciudadanos los que tienen que someterse a leyes injustas e ineficaces.
¿Qué ley es esa ley que impide a la justicia evitar lo que todos creen que es injusto?
Muy fino tienen que hilar para justificarse quienes permiten que, en un sistema en el que gobierna el pueblo, las leyes que se elaboran para servir a los ciudadanos se vuelvan en su contra.
Sobre todo porque no es el de Coslada el primer caso en el que, en España, las leyes benefician al delincuente y penalizan a su víctima.
Tiempo sobrado han tenido los responsables para adecuar las leyes a lo que los ciudadanos exigen. Demorar su enmienda para hacerlas garantistas de los derechos del que sufre las agresiones y no del que las comete es una torpeza inexplicable.
Si siguen beneficiando al transgresor, el caso de Coslada, el de los terroristas libres, el de los atracadores reincidentes o el de los violadores pertinaces puede acabar como el del pueblo sin nombre del polvoriento oeste.
Y eso no solamente sería malo, sino evitable.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)