viernes, 29 de mayo de 2009

AGUIRRE, OBSTACULO PARA LA IGUALDAD

Esta derecha mesetaria adusta y funcional es incapaz de captar la noble intención del movimiento sindical cuando centra sus desvelos en librar a Madrid de la “madre abadesa de un convento ultraliberal”, llamada Esperanza Aguirre.
Ha sido el dirigente del sindicato socialista UGT José Ricardo Martínez el que concedió la dignidad abacial a la Presidenta de la Comunidad de Madrid cuando proclamó la intención de montarle una huelga general si no acata lo que los sindicatos le exigen que haga.
El florido progresista Juan Fernando López Aguilar, con la facundia caribeña de su oratoria, habría aplaudido la cruzada de los sindicalistas contra “la derecha energuménica”.
Pero la candorosa Aguirre, que acepta el valor de las palabras por lo que los sagaces ugetistas y los comunistas de comisiones obreras dicen, y no por lo que esconden, se extraña de que la huelga general con que la amenazan no se la monten al Presidente socialista del Gobierno de España, donde el paro es cuatro puntos más elevado que en Madrid.
Esa interpretación de las intenciones de Martínez y de sus compinches sindicales evidencia la incapacidad de la sobriedad castellana para captar la sinuosa ductilidad del lenguaje de la izquierda.
Está Esperanza Aguirre en la fase inicial de la especie humana de usar la palabra para definir lo que se piensa, mientras que sus adversarios izquierdistas ya han evolucionado hasta manejar el lenguaje para ocultar el pensamiento.
Por mi origen social debería ser izquierdista, aunque mi debilidad por la libertad me encasille en la derecha. Me considero, pues, intermediario eficaz entre una mente aristocráticamente cartesiana y las sutilezas del amagar y no dar dialéctico de la izquierda popular:
Sustituir a la ultraliberal Aguirre por un correligionario progresista no es el objetivo político de Martínez, sino un medio para alcanzar la meta ideológica de la Igualdad.
Porque si la igualdad es en teoría el derecho a un trato idéntico entre todas las personas, la desigualdad, que es su antónimo, es el urticante que irrita la mansedumbre política del desfavorecido.
Que Esperanza Aguirre eche una ojeada a los datos de la última encuesta de población activa y comprenderá por qué los sindicatos quieren quitarla de en medio: el paro en Madrid es cuatro puntos menor que la media de España, 10,5 puntos inferior al de Andalucía y ocho puntos menos que en Extremadura.
Está visto que el gobierno de Rodríguez, correligionario ideológico de los dirigentes sindicales, es incapaz de gestionar una política que aumente el empleo en el resto de España.
A Esperanza Aguirre le toca, pues, hacer algo para que los españoles de todas las regiones sean iguales: o sigue al pié de la letra y sin rechistar las directrices del gobierno de Rodríguez, o se resigna a perder la Presidencia de Madrid para que un socialista aumente el desempleo y lo homologue al del resto de España.

jueves, 28 de mayo de 2009

ANDALUCIA SALVA A ESPAÑA

Depende de los andaluces que España genere anticuerpos que la libren durante muchos años de dolencias izquierdistas.
Si están dispuestos a sacrificarse por el bien de la nacion, lo mejor que pueden hacer es votar al Partido Socialista para que el PSOE siga gobernando en Andalucía.
El Presidente Rodríguez no se ha percatado todavía porque es inocente, pero de Andalucía le han llegado andanadas víricas cada vez más dañinas que podrían ser letales para el zapaterato.
Magdalena Alvarez es el nombre que los científicos dieron a la variedad vírica que provocó los primeros espasmos febriles al sólido organismo electoral de Rodríguez.
Aunque una oportuna remodelación ministerial mitigó la malevolencia del virus, otro que había permanecido inerte se reactivó y sus síntomas amenazan con obligar al zapaterato a guardar cama.
El nombre de ese virus, cuya característica diferencial es la incontinencia verbal aparentemente insustancial, lo identificó el “Research Medical Center” de Duluth (Minnesota) como Bibiana Aido.
Los investigadores han señalado que el vigor de su inmadurez vital convierte al virus Bibiana en particularmente impredecible y perjudicial.
El virus identificado como Manuel Chaves, que ya se manifestó durante el Felipato, afectó durante los últimos años a Andalucía, donde su acción quedó contenida por los límites fronterizos de esa Comunidad.
Los que trataron sus efectos dicen que se manifestaron en un incremento del nepotismo, el caciquismo y la contaminación social a través del subsidio universal.
En Semana Santa saltó a toda España desde el ámbito andaluz en el que estaba enquistado, y ya suenan ensordecedoras alarmas por miedo a que las dolencias que provocó en Andalucía se extiendan por todo el territorio nacional.
Gran servicio el que Andalucía le está prestando a España porque los agentes patógenos que de allí llegan cubren una gama tan amplia que los españoles desarrollarán una autodefensa que los hará inmunes a todo contagio izquierdista.
Al cándido Presidente Rodríguez, que importa de Andalucía especímenes que cree fecundos para perpetuar su zapaterato, tendrían que erigirle los españoles del futuro una estatua, por hacerlos invulnerables a la plaga del izquierdismo.

martes, 26 de mayo de 2009

NOSTALGIA DE FRANCO Y DE SU UTIL FRANQUISMO

Una de las peculiaridades de esa equilibrada suma de imperfecciones que es el ser humano es su incapacidad de apreciar lo que ha perdido hasta que ya no puede recuperarlo.
El menosprecio de lo que tiene y la ambición de lo que carece hacen del hombre un insatisfecho crónico.
Cuando logra finalmente lo que tanto anhelaba y lo compara con lo que renunció al conseguirlo, sospecha que no valió la pena el trueque.
El implacable paso del tiempo no mitiga la añoranza, sino que la exacerba. Lo que parecía intolerable, el tiempo lo reduce a desagradable y, lo que la inmediatez le impedía valorar, la lejanía lo mitifica como insustituible.
Treinta y cuatro largos años han pasado ya desde que España se quedó sin Franco y los españoles sin la coartada del franquismo, por lo que es inevitable la nostalgia del cobijo que perdieron y el desasosiego por el amparo que les falta.
Que no se alborocen los que crean que abogo por la dictadura ni se alboroten los que sospechen que quiero denigrar la democracia.
Solo pretendo analizar por qué roe el gusano del desánimo a los que deberían suspirar de alivio por la liquidación de la dictadura.
Dichosa edad la de Franco y el franquismo, en la que los españoles, privados de su derecho a decidir quién los gobernara, descargaban sus tribulaciones en la oportuna culpabilidad del dictador y de su régimen.
Habían inventado el detergente para sus conciencias que los judíos ya usaban miles de años antes: el cabrito que el rabino, tras la ceremonia en la que lo declaraba culpable de todos los pecados del pueblo de Israel, lo abandonaba en el desierto como sacrificio a Azazel, el demonio.
Como todas, la sociedad democrática española actual necesita también un chivo expiatorio, testaferro de sus propias culpas, y ha encontrado un sucedáneo de Franco y del franquismo: el gobierno.
Pero su eficacia redentora es limitada porque requiere un esfuerzo de amnesia colectiva permanente para ignorar que, a quienes los gobiernan, los han elegido quienes se quejan de sus desaguisados.
Era mejor Franco, porque gobernaba contra los españoles y no gracias a los españoles que no lo habían encumbrado,y a los que ni siquiera les pedía su aquiescencia.
De los gobernantes por elección democrática, además, solo cabe esperar que, cuando cambien, su sucesor sea algo menos malo.
En la Dictadura, la esperanza imprimía ritmo de vals a todos los corazones porque ¿quién no presentia la dicha insoportable que traería la democracia?
Una parte de los españoles buscan en José María Aznar un suplente de Franco, pero no da la talla. Perejil y el barco hospital enviado a Irak son ridiculeces comparadas con el gusto por el aroma de la pólvora que enardecía al Caudillo.
Descartada la idoneidad de Aznar como chivo expiatorio, justificada queda la nostalgia de Franco, la utilidad del franquismo y la acuciante necesidad de encontrar un culpable de todas las ineptitudes de los españoles.

domingo, 24 de mayo de 2009

CONFRONTACION POLITICA DE MENTIRIJILLAS

Es irritante la tozuda negativa de la oposición a acceder a lo que no se cansa de pedirle el gobierno, y enfermiza su manía de criticar todo lo que el gobierno hace o dice que va a hacer.
Y no es que se les pida nada descabellado porque lo único que los del PSOE solicitan es que, si sus contrincantes no los apoyan expresamente, dejen “fuera de la confrontación política” los asuntos en los que discrepen.
Dicen los que conocen los entresijos de la política española que el gobierno y su partido andan desconcertados porque sus adversarios se empeñan en llevarles la contraria.
Bien justificada tienen, sobre todo los del Partido Popular, la deslealtad de que, con razón, los acusa el Partido Socialista Obrero Español.
Se duelen porque, con una oposición tan poco sumisa, no hay quien gobierne con eficacia ni quien resuelva los problemas que, por acción u omisión, origina el gobierno.
Lo peor es que nada consigue una oposición tan poco complaciente porque, por mucho que insistan los discrepantes, el gobierno acabará haciendo siempre lo que desde el primer momento dijo que haría.
¿De qué le ha servido al Partido Popular oponerse a la negociación con ETA, avisar del chaparrón que amenazaba a la economía, advertir de la imparable subida del paro o denunciar la incongruencia de que una niña dependa de sus padres para todo menos para abortar?
A la interminable lista de deslealtades se suma ahora la crítica de la oposición al prudente silencio que, para no sembrar el pánico, se impuso al brote de gripe en un cuartel.
Esa oposición díscola parece que ahora quiere sacar los colores al gobierno en el caso de Marta del Castillo, la niña sevillana supuestamente asesinada y cuyo cadáver, después de la afanosa búsqueda en el río y en el vertedero donde su asesino confeso dijo que lo habían arrojado, sigue sin aparecer.
Mar Moreno, consejera de educación y tapada del presidente Rodríguez para presidir la Junta de Andalucía, quiere que casos como el de Marta “queden fuera de la confrontación política”.
Ese eufemismo, traducido al lenguaje de Pero Grullo, quiere decir que no se mencionen en campañas electorales los asuntos que puedan quitar votos al Partido Socialista.
Los de la oposición siguen en sus trece, nada más que por molestar, porque una campaña electoral de guante blanco es imposible que sea menos eficaz que las que consisten en criticar al gobierno.
Las campañas electorales libres de asuntos desagradables en la confrontación política serían tan estériles como las actuales, pero mucho más placenteras.
Se hablaría del estremecimiento que la brisa provoca en la imagen de la luna reflejada en la quietud de los lagos, del trino melodioso de los jilgueros, de la hermandad de los pueblos gracias a la alianza de chiitas y sunnitas y de la caricia tibia del sol primaveral como preludio del grano en sazón.
Pero los que no se dan cuenta de que España sería la perjudicada, si el PSOE dejara de gobernar, se empecinan en hablar de asuntos soeces, groseros y ordinarios en su campaña electoral, en vez de hacer una oposición de mentirijillas.
Les tiene sin cuidado incomodar a los electores con problemas desagradables.

jueves, 21 de mayo de 2009

EL REAL MADRID FICHARA A OBAMA

El Real Madrid, la institución española más conocida fuera de las fronteras de España,anda metida en elecciones para escoger al mandamás que la mangonee.
Aunque hiciéramos abstraccion--como dirían los finos-- del inventario de sus triunfos deportivos, el Real Madrid seguiría siendo una herramienta envidiable para prestigiar a quien la maneje.
Aparte de que aparecería a la izquierda de los personajes más influyentes y poderosos de la tierra y de que no se le cerraría la puerta de ningún despacho donde se ventilaran cuartos y prebendas, el Presidente del Real Madrid representa a 85.000 socios y 1.800 peñas, los consulados exteriores del club.
Por eso, entre otras naderías, la presidencia del Real Madrid es el caramelo que insaliva el paladar glotón de todos los ambiciosos que tengan el respaldo de 85 millones de euros, el aval necesario para convertirse en candidato.
Es larga y truculenta la lista de ardides utilizados para llegar a la presidencia del Real Madrid, pero Juan Onieva ha anunciado uno tan inesperado como audaz e infalible: ha prometido que hará presidente de honor a Barak Husein Obama.
Así cualquiera. Recurrir a instancias superiores al quehacer societario en disputa debería estar prohibido. En el mundo del deporte, sin embargo, el recurso taumatúrgico a Obama para conseguir el fin que Onieva persigue tiene, que yo sepa, un antecedente:
El de Rodríguez, el escuchumizado conserje del casino de mi pueblo al que, los días previos a algún partido particularmente comprometido del Betis, se le veía arrastrar sus pies planos hasta la hornacina de la Virgen en la Calle Ancha—la Broadway de Palma del Río—para sobornar a la madre de Cristo con unas monedas.
Mal está lo de buscar en Obama al Beltran Duguesclin que ayudó a Enrique II a despenar a su hermano Pedro I (papel que aquí correspondería a Florentino Pérez) que ya ha anunciado su intención de volver a presidir el club.
Se dice que Florentino, que tiene más dinero que Dios talento, va a comprar por lo que le pidan a los futbolistas más famosos del mundo para, después de que demuestren en el Real Madrid que son unos petardos, venderlos por lo que le den.
Con el Creso del fútbol como oponente, Onieva lo tiene imposible aunque la incongruencia de sus propósitos bastaba para su derrota porque, ¿cómo fiarse de que cumplirá su promesa de españolizar al Real Madrid si invoca como guía a un extranjero que, aunque negro, no es brasileño sino norteamericano y como entrenador a otro extranjero que, aunque de la Nueva España no es español?
Hay malpensados que sospechan que lo de Onieva es una artera triquiñuela de mayor calado que la de fungir cmo presidente del Madrid.
Dicen que, tras la oferta a Obama, se esconde el propósito de romper la amistad que lo une con Rodríguez, el presidente del Gobierno Español,conspicuo barcelonista declarado, famoso por sus embustes y por la entrañable coincidencia política e ideológica con el Presidente norteamericano.

miércoles, 20 de mayo de 2009

CUENTOS DEL PSOE: LA DERECHA COME NIÑOS CRUDOS

No tienen los españoles la culpa de confundir franquismo y derecha porque el propio dictador señaló tozudamente a la izquierda como enemiga de España, a la que confundía con su propia persona.
Franco, que no era de derechas ni de izquierdas porque su única ideología, como la de todos los déspotas, era ejercer el poder absoluto, ha sido y sigue siendo el mayor enemigo que la derecha ha tenido en España.
Perjudicó a la derecha porque se le identifica con ella y, en éste país que quiere olvidarse de Franco, aterra que gobierne un partido con el que se le confunde.
Lo sorprendente es que, para cualquier analista político no español, el franquismo tuvo más similitudes con la izquierda que con la derecha.
Pero la confusión ideológica es la herramienta más útil del PSOE para evitar el triunfo electoral del Partido Popular.
Tan bien lo saben los socialistas, que en su primer vídeo de propaganda para las elecciones europeas de Junio, repiten el mensaje que siempre les dio la victoria: voto que no respalde al PSOE, facilita el triunfo de la derecha.
La articulación de Europa de manera favorable a los intereses españoles, el desempleo, la crisis económica o los despilfarros del dinero público son amenazas baladíes comparadas con el triunfo electoral del Partido Popular, el triunfo de la derecha.
Es un mensaje de efecto garantizado porque los mismos adversarios políticos del PSOE colaboran en la eficacia del ardid.
Los candidatos del Partido Popular parecen admitir la supuesta perversidad de la derecha porque se indignan cada vez que sus oponentes los llaman derechistas, como si fuera un insulto.
Torpe e inútil empeño porque, si se admite que son partidos de izquierdas el socialista y el comunista, su único adversario con posibilidades políticas de gobierno es el Partido Popular que, como oponente de los de izquierdas, tiene que ser de derechas.
¿Y qué?
Las ideologías clásicas se han hibridado para lograr gobiernos eficaces y, aunque partidos de izquierda adopten medidas consideradas de derechas y los de derechas asuman programas propios de la izquierda, hay líneas maestras que definen sus filosofías:
La derecha, cuando entran en colisión Libertad e Igualdad, se inclina por el primero de esos dos principios de la democracia, emanados de la revolución francesa, mientras que la izquierda da preferencia a la Igualdad sobre la Libertad.
La izquierda legisla para cambiar la sociedad y la derecha para adecuar las leyes a los cambios que la sociedad ha experimentado en su evolución.
Para la derecha, cada individuo tiene derechos inviolables en la organización social mientras que, para la izquierda, prevalece el derecho del estado sobre el del individuo.
La derecha cree que el individuo es capaz de procurarse por sí mismo, o asociándose por propia conveniencia, los bienes y servicios que necesita. La izquierda está convencida de que el Estado sabe lo que el individuo necesita y se lo proporciona mejor.
En momentos de enajenación radical, tanto la derecha como la izquierda han cometido tropelías pero, sin duda ninguna, ha sido más duradera la opresión de los regímenes de izquierdas, más sanguinarias sus dictaduras y más corruptas sus burocracias.
Franco, Hitler y Mussolini propugnaron con tanta saña como Mao, Lenin, Stalin o Pol Pot el igualitarismo entre sus pueblos sometidos, y persiguieron la libertad con igual contumacia.
¿Por qué, entonces, el PSOE asusta a los españoles con el miedo al triunfo electoral de la derecha?
Porque, a fuerza de repetir una mentira—el camarada Goebbels era más socialista que nacional dentro del nacionalsocialismo—los españoles asumen como verdad absoluta una mentira: la maldad intrínseca de la derecha y la beatífica bondad de la izquierda.

martes, 19 de mayo de 2009

AYER Y HOY DE LA ETICA EN POLITICA

Si los políticos de la República levantaran la cabeza, no tendrían que perder una guerra para salir huyendo camino del exilio: les bastaría comprobar lo que, impunemente, derrochan sus colegas de ésta Monarquía Parlamentaria y Constitucional.
Por sobornos, que el propio inductor del delito cifró en medio millón de pesetas, cayó el gobierno derechista de Alejandro Lerroux en Octubre de 1935, el encono político se exacerbó, España se escindió en dos mitades irreconciliables que compitieron en las elecciones de 1936 y estalló la guerra civil.
Todo lo desencadenó la denuncia de Daniel Strauss, un germano-holandés con pasaporte mexicano, de que había regalado relojes de oro y otros obsequios a Aurelio Lerroux y otros allegados del entonces presidente del gobierno y líder del partido radical republicano para que le gestionaran permiso de uso para una ruleta.
El juego seguía prohibido en España desde la dictadura de Primo de Rivera y, como la máquina de Strauss y su socio Perlowitz (la straperlo), solo funcionó tres horas en el casino de San Sebastián y ocho días en el balear de Formentor antes de que la policía interviniera, Strauss exigió que le devolvieran lo que se había gastado en sobornos.
El delincuente, amigo y colega del mítico boxeador Max Schmeling y de Rafael El Gallo, desencadenó con la denuncia que envió al Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, la crisis que hizo caer al gobierno, alentó el enfrentamiento político y desembocó en la guerra.
Por medio millón de pesetas.
En estos venturosos tiempos en los que el pueblo español ha sabido hacerse más sabio y la prudencia lo ha enseñado a tomarse con cachaza la trivialidad del despilfarro de los dineros públicos, no hay peligro de que por euro más o menos nos tiremos los trastos a la cabeza.
Puede que haya quien vista trajes que pagan otros, que se compren sillas de medio millón de pesetas cada una, que se gaste medio millón de euros en el coche del presidente de Cajamadrid o que, en el arreglo de la residencia del Presidente de Canarias, se gastan sesenta millones de pesetas.
Será todo eso tan verdad como que ese despilfarro coincida con cinco millones de ciudadanos sin empleo pero, ¿por algo tan mezquino como el dinero vamos a perder la compostura?
Sería impropio de uno de los pueblos más progresistas y liberales del planeta.