lunes, 29 de febrero de 2016

LA AUTONOMÍA ANDALUZA

Ayer fue el Dia de Andalucía así que, a toro pasado, ya se pueden analizar las ventajas que a ésta comunidad autónoma, antiguamente región española, le aportó aquella clamorosa manifestación del 28 de Febrero de 1980 que cambió a mejor la vida de los andaluces.
Aunque los señooritos de escopeta puta y perro ya habían dejado de mandar desde que el regadío parceló sus cortijos (hasta entonces desolados ranchos de películas del oeste), todavía no se había oficializado el cambio de mando.
Llegó con la autonomía que, realmente, significó el canje de los viejos señoritos por lo nuevos: los que disfrazados con chaqueta y corbata pasaron a mandar en la tierra y las ciudades desde sus deslumbrantes despachoas de la Junta de Andalucía.
¿Y en qué favoreció el cambio a los braceros, menestrales, escribientes, tenderos y agradadores profesionales?
En que, en vez de tener por clientes a los antiguos señoritos, a partir de entonces tuvieron a los nuevos y, además, añadieron un  nuevo día de fiesta (de huelga, del verbo holgar se decía hasta entonces) al siempre ridículo tiempo que para divertirnos tenemos los andaluces.

En definitiva, que la autonomía nos ha beneficiado con un  día al año más de agradable dolce far niente, la placentera ocupación de no hacer nada.

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