miércoles, 22 de marzo de 2017

LA ELECTRICIDAD DEL GOBIERNO



Dicen que el tiempo, si no es eterno, es más duradero que los artefactos inventados por el hombre, y hasta más que el hombre que ha inventado herramientas para medir el tiempo.
Así que, aunque San Mateo recomendara que no nos preocupemos por el mañana porque cada día tiene su propio afán, el afán actual de los españoles es sacudirnos esa pulga molesta que nos succiona la sangre, conocido por gobierno.
¡Pero si el gobierno que por fin tenemos los españoles es un gobierno democrático!
El cáncer no deja de serlo aunque lo diagnostiquen como benigno.
Vamos a suponer, lo de la energía  imprescindible para mover todos los inventos mecánicos o tecnológicos que el hombre actual necesita para que su vida sea más cómoda que la anterior a que los inventara la ingeniosidad del hombre.
Todos esos artefactos tienen dos características: una vez disfrutados sus beneficios cuesta prescindir de ellos, y todos funcionan gracias a la energía eléctrica.
Por eso cada día es mayor la demanda de artilugios que hagan la vida humana más placentera y, cada día, es más necesaria la energía, generalmente eléctrica, que los haga funcionar.
Cada vez  más escasa la energía hidráulica, la derivada de la combustión de petróleo o carbón, la que procede de la fuente natural de energía para la tierra que es el sol, se usa cada vez con más ahínco para que funcionen los artilugios que usamos.
Y el sol, además, está al alcance de todos los humanos y, por mucho que aumente la demanda de energía solar, durará tanto como dure el sol, de cuya existencia depende la existencia humana.
¿Y por qué no recurrimos cada vez más a la fuente inextinguible de energía que es el sol?
Porque el gobierno (por lo menos el gobierno español, que es el que se encarga de complicarle la vida a los españoles), lo impide.
Un ciudadano español no puede, si quiere, instalar placas solares en el tejado de su casa o en el jardín de su propiedad para dejar de pagar a las compañías eléctricas autorizadas por el Gobierno del Estado, que por gracia gubernamental monopolizan la producción y distribución de energía eléctrica.
En definitiva, que si el gobierno español es el gobierno de todos los españoles, lo es ante todo de las compañías productoras y distribuidoras de electricidad.
Y, encima, tiene ese gobierno la desfachatez de decir que su preocupación gubernamerntal somos todos los españoles, incluidos los que pagamos la electricidad que producen y distribuyen las empresas que se forran gracias al gobierno.
Es menester ver…

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