¿Compensan los halagos a su vanidad las incomodidades del líder por tener que corregir permanentemente a quienes intentan y no logran seguir el camino de su liderazgo?
José Luis Rodríguez Zapatero, ejemplo y guía de Barak Husein Obama, estará decepcionado en su bien merecido reposo lanzaroteño por el traspiés del Presidente de Estados Unidos, desviándose de su magisterio.
¿Cómo puede pasar por alto Zapatero el error de Obama que la indiscreta televisión mostró la tarde del domingo?
¿Que qué mostró? Que las cuatro norteamericanas del equipo de 4X400 eran de raza negra.
No subsaharianas porque no habían nacido al sur del Sahara, sino en Watts o, posiblemente, en Bedford Stuyvesant.
El error de Obama no tiene nada que ver con que las atletas fueran subsaharianas o afro-americanos, sino con que fueran negras las cuatro
Si la población negra de los Estados Unidos representa solo el 20 por ciento del total, ¿por qué en el equipo femenino norteamericano de relevos que ganó la prueba de Berlín había esa homogeneidad racial discriminatoria de la blanca, mayoritaria?
Dicen que Zapatero adoctrinó cumplidamente a Obama para que imitara su regla de la paridad, pero el norteamericano debió de estar despistado o pensando en dar la ciudadanía norteamericana a todos los musulmanes, porque ha incumplido la doctrina de su maestro español.
Si hubiera estado atento y hubiera comprendido la norma de la paridad que Zapatero ha impuesto en su gabinete y en las listas electorales, dos de las cuatro atletas norteamericanas habrían sido de raza negra y las otras dos de raza blanca.
A ver qué excusa le pone a su maestro cuando le recrimine su fallo porque, como es tan artero, Obama es capaz de argumentar que las cuatro eran negras porque fueron las mejores en los “trials” de clasificación previos a los mundiales.
No vale porque ¿somete Zapatero a trials a los que después nombra ministros? ¿a qué contrincante le ganó Bibiana Aido para que Zapatero la integrara en el equipo ministerial, y a quien desplazó de ese equipo en las pruebas previas a su nombramiento?
Solo hay una explicación plausible para el traspiés del colega y discípulo norteamericano de Zapatero: que Obama sea corto de entendederas y no captara la sutiliza sobre la eficacia de la norma de la paridad, como método para designar a quienes tienen que representar a toda la ciudadanía de sus países.
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