Los campesinos andaluces andan agitados y, como cuando Juan Díaz del Moral estudió sus agitaciones, los poderosos están inquietos.
La preocupación era evidente hoy en los que se identifican como izquierdistas en el Valle Medio del Guadalquivir mientras que, los que tradicionalmente pasan por derechistas en Palma del Río, epicentro del Valle, no disimulaban su regocijo.
¿Qué cataclismo político y social se ha producido que explique el cambio?
Que en 1930 mandaban las Derechas y los oprimidos eran de izquierdas y en 2009 el poder político es endémicamente del PSOE que, solo o en compañía de otros, en especial comunistas, guardan la paz, bien engrasada por subsidios, subvenciones y “Plan de Empleo Rural” (Per).
Los no socialistas, en la oposición desde las primeras elecciones municipales democráticas confían en que el conflicto desgaste al PSOE, les haga perder las elecciones y los confine a la oposición.
Esperan que la agitación campesina ponga fin a los viejos buenos tiempos del PSOE y que el medio millar de movilizados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, evolucionado del Sindicato Obrero del Canpo (SOC), inspirado por Juan Sanchez Gordillo, Diego Cañamero y otros ayatolas utópicos comarcales, perjudiquen a los socialistas.
El programa de movilizaciones y protestas campesinas comenzó ayer con un recorrido por calles y avenidas, siguió hoy con una concentración frente al edificio del ayuntamiento y los dirigentes del sindicato dicen que continuará en el futuro.
Cono primer paso, hoy acordaron convencer a los campesinos a de pueblos vecinos para que, lo que empezó como conflicto local, se propague a toda la comarca hasta paralizar la recolección de naranja en la región.
La agitación campesina usa como pretexto la exigencia de aplicación del convenio de 2009, auque esté recurrido ante los tribunales.
El sindicato exige que los propietarios de fincas dejen de aplicar la contratación por tareas y fije los contratos por horas y no por trabajos realizados.
Además, y esa es su exigencia de mayor calado, piden la constitución de cuadrillas mixtas de trabajadores locales y extranjeros porque se quejan de que, sobre todo los rumanos, se pliegan a contratarse por camiones cargados, sin consideración al tiempo que demoren en cagarlos.
Los del sindicato andaluz de trabajadores quieren que se privilegie la contratación de sus afiliados y que se les pague por las horas en el tajo, sin tener en cuenta el tiempo que tarden en realizar el trabajo.
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