El significado de economía sostenible parecía irrelevante pero, por la enconada controversia que suscitó, se diría que discutían la conveniencia de la cebolla en el sofrito para la paella.
--“La economía sostenible”—pontificaba El Ditero con aplomo impropio de su aspecto escuchimizado—“es la solución democrática contra la explotación de la clase obrera por los señoritos y la aristocracia”.
--“Es un invento del que nunca ha dado el callo”—replicó con sonrisa de medio lado el corpulento Ramón Pichaymedia—“porque si se hubieran tenido que manchar las manos con barro y no con tinta, no dirían tonterías".
Si no llegaron a las manos no fue por la amistad que los unía, sino por carecer del vigor que requiere liarse a golpes, por miedo a recibir más de lo que dieran y porque, para ejercer como siempre de árbitro, contaban con Salomón Cabeza Sagaz.
A petición de partes, intervino Alfonso Décimo:
--¨Lo de economía sostenible aparece en la Ley que, para salir cuanto antes de la crisis que tiene en coma a medio mundo, empezará a hacer efecto en España dentro de veinte años”.
Por la mesura de su voz o por la autoridad que sus contertulios le concedían y que tanto lo halagaba, El Ditero y Pichaymedia lo escuchaban como si esperaran oir cantar a los niños de San Ildefonso el número de su décimo de lotería.
--“La economía”—recitó—“es una ciencia que estudia la producción, intercambio, distribución y consumo de los bienes y servicios que necesita el hombre”.
--“Los economistas”—siguió—“se especializan en microeconomía, que se refiere a los consumidores directos y a las empresas, o macroeconomía que trata, globalmente, de la producción, el desempleo, la balanza de pagos, la inflación o el impacto de los salarios”.
--“No me digas”—se atrevió a interrumpir El Ditero—“que la economía sostenible la ha inventado Zapatero”.
--“No te lo digo”—concedió Salomón—“porque Zapatero no es capaz de inventar nada. Se limitó, como siempre, a tomar el rábano por las hojas y a llamar economía sostenible a lo que el Informe Brundtland definió en 1987 como Desarrollo Sostenible: “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.
--Pues si es eso, Zapatero lleva razón, aunque se haya equivocado en el nombre de su Ley.
--Pues lo que yo creo—replicó Ramón-- es que Zapatero tiene que arreglar los problemas de ahora y no los de luego porque la única economía que necesitamos es la que sea rentable ahora y no dentro de 20 años para que no nos cueste el dinero que ahora no tenemos, sino que produzca el que hace falta.
--Por eso –defendió El Ditero--está haciendo centrales solares y molinos de viento para la electricidad.
--Con subsidios que pagamos entre otros—acusó Ramón-- y cobrando más cara la electricidad que la nuclear o la hidráulica.
--Es economía sostenible—desafió El Ditero—porque durará siempre.
--Es sostenible—vaticinó Ramon-- porque sin ayuda del Estado se derrumbaría.
Salomón miró al techo, hizo una seña al Pitorro y le pidió media de manzanilla y un plato de jamón bien cortado, y generoso en tocino.
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