miércoles, 3 de abril de 2013

LA ESCLAVITUD NOS HARA IGUALES Y LIBRES


   Esos insensatos de izquierdas han predicado tanto las virtudes de la igualdad que casi han conseguido que los incautos crear que la igualdad es posible.

   Y lo peor no es que crean que se puede conseguir una aspiración inalcanzable, sino que la igualdad, la justicia, la inteligencia, la honestidad o la bondad puedan lograrse con leyes, sin tener en cuenta la singularidad humana.

    Después de perogrulladas tan sublimes, bajemos a la grosera realidad del momento.

   Por ejemplo, los derechos.

    Los señoritos ilustrados dicen por televisión, y los sencillos aldeanos los creemos, que todos los españoles, por serlo, tienen derecho garantizado por la Constitución a la vivienda, el trabajo, la sanidad, la educación, la vida y cuatro o seis cosas más.

    Los aldeanos televidentes deducimos (puede que equivocadamente) que si tenemos derecho a esas cosas, alguien tendrá la obligación de dárnosla y, como el que todo lo cobra, todo lo paga y todo lo puede es el Estado, le corresponde proporcionarnos el trabajo, el pan, las medicinas, la vivienda y la educación.

    Casi en esas estamos porque El Estado se queda para sus gastos con el 44,6 por ciento de todo lo que se produzca anuañmente en España y, si no se atreve a quedarse con el cien por cien, es porque tendría que desdecirse de las tonterías que llevan siglos condenando,

    Me refiero a la esclavitud, esa benévola institución en mala hora abolida, que obligaba a los amos a vestir, alimentar, curar, proteger y alojar a sus esclavos, a los que además suministraba ocupación y trabajo durante toda la vida.

     Proclame el Estado Español restaurada la esclavitud, cambie el nombre de ciudadanos por el de siervos y toda la población tendrá resueltos de forma igualitaria sus necesidades de alimentación, vivienda, cuidados médicos, educación y trabajo.

   Yo aliento a los señoritos que mandan en España a que, sin vergüenzas, se atrevan a proclamar de derecho la esclavitud, que ya casi existe de hecho.

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