La ignorancia
disculpa a quienes se extrañan de ésta forma de presión política que consiste
en alborotar frente a los domicilios de adversarios para obligarlos a cambiar
de actitud política.
El alboroto frente a domicilios de adversarios
políticos tiene origen bolchevique.
Nace con el
manifiesto comunista que, en 1848, da por finiquitado el socialismo utópico
tras la revolución de ese año en París e inicia la era del socialismo científico
o marxista.
El logro más
determinante de esa nueva corriente socialista es el triunfo de la Revolución en Rusia,
logrado bajo el lema de “todo el poder para los soviets”.
Los soviets eran
asambleas, concentraciones o reuniones, presuntamente autónomas y espontáneas, aunque
perfectamente organizadas en la práctica por agitadores políticos, que
adoptaban decisiones de obligado cumplimiento.
Supongo que esa es
la táctica organizada por los adversarios políticos del partido del Gobierno español
para forzarlo a cambiar de política organizando manifestaciones frente a los
domicilios de sus dirigentes.
Más misterioso
resulta averiguar por qué, siendo los sociocomunistas tan antinorteamericanos,
bautizaron como “scratches” (arañazos o cicatrices) esa actividad, en lugar de
proclamarlas como lo que son: soviets.
Y ya puestos a decir
lo que los rojos no quieren admitir, bien está que se sepa que los comunistas fueron
aliados indispensables de los nazis de Hitler desde el día 26 de Agosto de 1939
hasta el 22 de Junio de 1941, lo que les
permitió a ambos iniciar la segunda guerra mundial.
O lo que es lo
mismo: que el difunto Carrillo que tanto insultaba a Franco, fue su aliado
durante 20 meses, los que a los nazis les permitieron apoderarse dc toda Europa,
salvo de la Unión Soviética,
con la que se repartió Polonia, precio que Hitler pagó gustoso para atacar Europa
Occidental con las espaldas cubiertas.
Tan cierto es que los comunistas de Carrillo y
sus vencedores franquistas fueron aliados durante 20 meses como que la campaña de
acoso a los dirigentes del Partido Popular se inspira en tácticas soviéticas, pese a su nombre
anglonorteamericano.
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