Este pueblo español
del que formo parte ha sido desde el principio de los tiempos más melodramático
que heroico y, casi siempre, el impulso melodramático que desencadenó gestas
heroicas provocó guerras sangrientas.
1-Invasión
musulmana y reconquista:
El conocido por Don
Julián, además de gobernador visigodo de Ceuta y aspirante a suceder en la
monarquía electiva al Rey Don Rodrigo, era padre de Florinda la Cava.
El gobernador
pretextó para destronar al Rey y sentarse en su trono que Don Rodrigo había
mancillado la inocencia de La Cava y se negaba a reparar el ultraje, casándose
con ella.
Puso manos a la
obra: aprovechando que el Rey andaba por las Vascongadas sofocando rebeliones y
comprando lealtades a los vascos, contrató bandas mercenarias rifeñas, puso
barcos a su disposición para trasladarlos a la Península y declaró inaugurada la invasión musulmana y
la posterior reconquista, que tuvo entretenidos a los españoles ocho siglos.
2.-El 2 de Mayo y
la Guerra de la Independencia:
La impaciencia por
reinar de su hijo Fernando había provocado la irreparable ruptura con su padre,
el Rey Carlos Cuarto, la escisión entre cortesanos y miembros de la familia
real y la irritación del propio rey, al
que lo único que le interesaba era cazar y que fueran felices su mujer, María
Luisa, y su favorito, Manuel Godoy. Ambos eran felices acostándose juntos,
aunque sin dormir.
Agobiado por los
problemas domésticos, y lo mismo que ahora van los políticos a Alemania o Bruselas,
Carlos Cuarto fue a ver en la fronteriza
Bayona al que mandaba entonces, el francés Napoleón, y le cedió la propiedad de
su finca española, con todas sus tierras y ganado humano y animal, para que hlciera
lo que quisiera.
Napoleón, que
difundía ideas tan peregrinas como que el soberano era un mero portavoz de la soberanía
de la que era titular el pueblo, mandó a recoger para llevarlos a su lado a los
familiares del Rey Carlos que quedaban en Madrid.
En esas estaban el
2 de Mayo de 1808, con una carroza frente al Palacio Real de Madrid en la que
vieron que subía el infante Francisco de Paula, cuyo parecido con Godoy no
dejaba dudas de que su padre era el favorito del Rey, y no el Rey.
José Blas Molina, uno
de los espectadores curiosos que lo reconoció, gritó a los demás: “que se nos
lo llevan”
Y así comenzó no
solo la guerra de la Independencia, sino la derrota de la idea de soberanía
popular, de la que siguen siendo dueños en España los que mandan y no los
mandados.
Por eso, la conocida
por guerra de la Independencia debería llamarse guerra a favor de la
dependencia. Si hubieran ganado esa guerra quienes la perdieron y la hubieran
perdido los que la ganaron, otra sería la España actual.
¿Mejor o peor?
Seguramente como si de día saliera la luna y de noche el sol. Simple cambio de
nombre porque, en esencia, todo sería igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario