La Patria, que etimológicamente es el lugar de origen de los
padres y antepasados, es también un
sentimiento universal que comparten amigos y enemigos y que excitan para
matarse entre ellos.
Suele llamarse Patria
al territorio agrupado bajo una administración o Estados y que ha alcanzado su extensión territorial
mediante la suma, generalmente por victorias militares, de regiones y la pérdida,
generalmente por guerras perdidas, de otros territorios.
La mayor parte de los
habitantes de una patria comparten un mismo sentimiento ideal y heroico del pasado
común, en el que se rinde tributo tanto
a los momentos de gloria como a los de desgracia.
La España que ahora
se limita a 505.000 kilómetros cuadrados es la misma patria que cuando sus
dominios llegaban a los 22.000.000 de kilómetros cuadrados, y seguirá siendo la
misma si pierde alguno de sus actuales territorios.
El germen de la
actual España empezó en un minúsculo rincón de Asturias cuando unos pocos de cristianos
no sometidos por los ejércitos islámicos, los derrotaron en una escaramuza con
armas poco más mortíferas que las piedras que les lanzaron.
Desde Asturias, y a
lo largo de siglos de combates con distinto resultado, se impuso la civilización
cristiana a la musulmana.
También mediante
bodas entre reyes y príncipes sumó o perdió territorio España, hasta llegar a la
extensión que ahora tiene.
Solo los audaces tienen
la osadía de predecir el futuro, por lo que nadie puede vaticinar el futura de
la extensión territorial de España.
El patriotismo, por
lo tanto, debería medirse por algo menos grosero que el tamaño, como se suele
utilizar para valorar un cortijo.
¿Qué sentimientos,
pues, despierta la idea de Patria?
Los españoles coincidimos
en calarnos las gafas negras de la tragedia y ponernos melodramáticos para
expresar nuestro patriotismo:
“y cuando en
hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra”
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra”
Samuel Johnson posiblemente
el inglés más influyente de su tiempo, creía que”el patriotismo es el último
recurso de los canallas” y el general George Patton, que de guerras sabía todo
lo que tenía que saber, decía que “el patriotismo es conseguir que otro
desgraciado muera por su país antes de conseguir que tú mueras por el tuyo”.
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