Fue
radical la solución que dieron fascismo, nazis, comunismo y franquismo al
incordio sindical: estatalizaron los
sindicatos y los sometieron a la rígida disciplina del gobierno y el Estado.
Amordazado
el perro, dejó de ladrar.
Desde
el control totalitario de producción, comercialización y distribución de bienes
de consumo prometieron que los más desfavorecidos disfrutarían de parte del
bienestar, hasta entonces privilegio de aristocracia y burguesía.
Pero
en vez de igualar a las opuestas clases sociales elevando a los pobres al
bienestar de los ricos, redujeron el bienestar los ricos a la penuria de los
pobres.
La
igualdad se había logrado excepto para los burócratas del partido, únicos beneficiarios
del sistema.
El
comunismo, aunque instalado en el poder en Rusia desde 1917, vivió una etapa
inicial de tolerancia a la iniciativa privada en la producción, gracias a la
“Nueva Política Económica” de Lenin que Stalin reemplazó por la férreamente
estatal de los planes quinquenales, en los que el desarrollo de la industria
pesada, para la defensa, relegaba a la de fabricación y producción de bienes de
consumo.
Como
parte de la política de control total de la economía por el estado, Stalin
expropió las parcelas agrícolas de los kulaks (campesinos minifundistas), los
deportó y, como consecuencia de esa medida, murieron diez millones de kulaks y
el hambre se extendió tanto que abundaron los casos de canibalismo.
Hitler
no tardó en asumir el control absoluto del sindicalismo alemán porque tres
meses después de hacerse con el poder del estado en Enero de 1933, ordenó a las
SA, las tropas de asalto nazis descabezadas después mientras se reunían para
una orgía homosexual de sus dirigentes
en un albergue de Munich, que disolvieran los sindicatos, expropiaran sus sedes
y los obreros se integraran todos en el Frente Alemán del Trabajo, la
organización sindical del partido.
Recién
establecido en Rusia el poder soviético, Trotsky se mostró partidario de que
la constitución fijara la subordinación
de los sindicatos al gobierno y al poder soviético pero Lenin se opuso para no ofender innecesariamente a los
obreros, aunque coincidía con Trotsky en el control de los sindicatos, pero sin
establecerlo constitucionalmente.
Lenin
requirió la ayuda de Stalin para imponer la suya a la pretensión de Trotsky y
ese enfrentamiento entre ambos evolucionó hasta convertirse en la más feroz
lucha interna comunista de tendencias opuestas, a la que ni el asesinato de
Trotsky en México por un agente stalinista puso fin.
El
pretexto de Stalin para intervenir en la guerra civil española, más que ayudar
a los republicanos o combatir el fascismo fue erradicar el trotkysmo
sólidamente instalado en España, lo que permitió a los agentes de Stalin
promover el asesinato en Barcelona de 10.000 militantes del trotkista “Partido
Obrero de Unificación Marxista” (POUM) y eliminar a su dirigente Andreu Nin.
(Recomendables
“Yo fui ministro de Stalin en España” de Jesús Hernández, uno de los dos
ministros comunistas del Frente Popular, que se puede leer en google, y “Diario
de la guerra española”, de Mijail Koltsov, enviado de Stalin bajo la cobertura
de corresponsal de “Pravda” que, en sus notas de pié de página enumera los
posteriormente fusilados por el dictador, por su posible contaminación
trotskista en España).
El
nacionalsindicalismo español calcó el modelo corporativista de la Italia fascista, que colocó
bajo la suprema intervención del estado el sistema de producción capitalista.
Mantuvo el principio de la propiedad privada y agrupó a sindicatos y
empresarios en una organización única.
Los
sindicatos silenciados o anulados en los régimen totalitarios sirvieron a los
estados para encuadrar a los trabajadores en sus objetivos y en los del partido
que lo dirigía y anular de esa manera posibles tentaciones de discrepancia del
estado en favor de los trabajadores.
En
los estados democráticos en los que el sindicalismo no era una herramienta del
poder político, la presión sindical consiguió mejorar de forma significativa
las condiciones laborales y sociales de sus afiliados.
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