Trece meses
antes de que se cumplan 300 años del primero de los dos errores de gobernantes
españoles que originaron el enfrentamiento de Cataluña con el resto de España,
Mariano Rajoy está a punto de tropezar por tercera vez en la misma piedra.
Se equivocará
cuando obligue una vez más a los catalanes a ser españoles como los demás
españoles.
Felipe V, el
francés que fue rey de España gracias a mi paisano el marqués de Portocarrero, fue
el primero que sacó los pies del tiesto cuando en octubre de 1715 suprimió los
fueros históricos catalanes (lengua, legislación, administración territorial y
de justicia, etc) para asimilarlos a los
de Castilla.
Inevitablemente,
el segundo equivocado con Cataluña fue Franco, cuya mayor equivocación fue ganar
la guerra civil 1936-39.
Franco, con
todo lo listo que dicen que era, se equivocó como Felipe V.
Pese a que ya
conociera el resultado adverso de las medidas del rey francés de España, volvió
a forzar a Cataluña, bastión de los republicanos derrotados, a ser una parte más
de España.
Con su medida
de castigo a Cataluña, Franco originó otro de los muchos problemas que heredaron
sus sucesores demócratas, entre ellos Rajoy, que se propone aplicar la misma
medicina a la enfermedad catalana de España, cuyos primeros síntomas se
remontan a 1640.
Si el
tratamiento para la dolencia catalana de Felipe V, Franco y Rajoy no es el
adecuado, ¿Cuál sería la receta acertada?
La contraria:
considerar a Cataluña y a los catalanes no como a parte integrante, con los
mismos derechos y obligaciones que los del resto de los habitantes de España,
sino como territorio ocupado y población sometida.
Eso implicaría
la prohibición de hablar castellano, usar pasaporte español, acogerse a las
leyes del resto de España y pagar un tributo adicional para sufragar los gastos
que generarían a la potencia ocupante, España.
A los tres meses
estarían protestando contra la injusticia de su discriminación y exigirían que
se les acogiera como ciudadanos españoles, con pleno disfrute de las obligaciones
y derechos de los demás españoles.
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