Se llama
autarquía al sistema de vida personal o colectivo que permite a un individuo,
pueblo o nación vivir de lo que produce y producir lo que necesita.
Una vez
lograda esa autosuficiencia, los individuos o las naciones pueden, o no,
asociarse con otros para, del intercambio de excedentes de sus producciones,
conseguir un mayor beneficio para todos.
Se considera
adulto al individuo capaz de satisfacer sus propias necesidades, sin la tutela
de de familia o tutores indispensable para su supervivencia en la infancia.
El individuo
ya adulto y las naciones autosuficientes pueden asociarse con otras si lo hacen
voluntariamente, con reglas aprobadas previamente por los asociados, y fundamentadas
en que la aportación individual tenga como contrapartida beneficios individuales
equivalentes.
Si la
aportación de un asociado fuera inferior a los beneficios que reciba, estafaría
a la sociedad.
Si sus
aportaciones fueran superiores a los beneficios que obtenga, la sociedad lo
estaría estafando.
El sistema
político más parecido a esa asociación voluntaria de individuos, para
beneficiarse todos de la aportación de cada uno, se llama democracia.
Esa democracia
fue injusta desde que la manipularon para transformarla en sistema por
el que una minoría de asociados tiene obligación de aportar más para que se
beneficien los que aportan menos.
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