martes, 4 de noviembre de 2014

UNA OPORTUNIDAD PARA LA DERECHA



   Aunque de variado pelaje, todos los rojos tienen una característica que los identifica: su manía de que todos seamos iguales y, como consecuencia, que esa igualdad se consiga no agigantando a los de abajo, sino enanizando a los de arriba.
Por eso , los rojos podan la libre iniciativa individual, que podría elevar sobre la mediocridad general a los más industriosos, atrevidos, capacitados y afortunados.
Si la igualdad es la meta, sólo hay dos caminos para alcanzarla:
1.-Espolear e incentivar a los que se sienten inferiores (porque tienen menos) para que se igualen a los que consideran superiores (porque tienen más).
2.-Quitarles una parte  de lo suyo a los que tienen más, para repartirlo entre los que tienen menos.
Naturalmente, el partido político que articule el Estado  igualitarista será el que establezca la frontera entre los que tengan demasiado y los que tienen demasiado poco, dictará las medidas para que desaparezca esa desigualdad y será el que quite y reparta para que la desigualdad desaparezca.
Consecuencias comprobadas en todos los países rojos donde se ha aplicado el sistema de igualdad obligatoria:
1.- Si el que se esfuerza más, es más ingenioso y tiene más suerte no puede disfrutar ni disponer libremente del resultado de su esfuerzo, perderá el interés por esforzarse o se irá a otro sitio donde le permitan disponer de lo que gane.
2.- Una vez le garantice al que tiene menos el reparto estatal el mínimo necesario para vivir y que viva su familia, ¿para qué va a trabajar si, en cuanto gane más de lo que necesita se lo quitará el Estado?
En éste país nuestro en el que a Franco lo etiquetaron de derechista  los izquierdistas porque ellos lo eran y, por consiguiente, debían colocar en el extremo contrario al suyo a su enemigo, nunca ha gobernado la libertad, nunca ha gobernado la derecha.
(El tachado de derechista Franco persiguió enérgicamente las libertades, impuso la igualdad religiosa, ideológica, económica (INI) y hasta de modas y costumbres.
La derecha no es ir a misa, evitar palabrotas y dar vivas a España y/o al Ejército.
Ser de derechas implica apreciar la libertad (individual, empresarial, económica, religiosa, ideológica, sindical, de expresión y manifestación, etc) como la piedra angular del sistema.
La izquierda obliga a:
a)     Encaminar toda acción política al establecimiento de una sociedad sin clases.
b)    Que el partido sea la vanguardia para que el Estado regule las medidas encaminadas a conseguir esa igualdad.
c)     El Partido, como intérprete de la voluntad del pueblo, inspira al Estado para acelerar la transformación de la sociedad capitalista en comunista.
     Aquí llevamos alrededor de 20 siglos sin libertad y, por lo tanto, gobernados por la ideología liberticida izquierdista, bajo monarquías, dictaduras o repúblicas.
   Ahora que tanto se anhela el cambio, ¿por qué no cambiar de verdad para que, aunque solo sea por probar, gobierne la derecha?
    Porque, aparte de servidor, que no está ni para resolver sus propios problemas,(cuanto menos los de mis compatriotas), no conozco a nadie de derechas en España. 

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