Si los
españoles fuéramos Cicerón y los mandamáses socialistas que se empecinan en
proponer el federalismo como solución
fueran Catilina, los habríamos increpado : “¿hasta cuando abusaréis de
nuestra paciencia?”.
Y es que son
tan tenaces como crípticos: ni se cansan de recetar la organización federal del
estado para todos los males, ni aclaran qué elementos contiene ni que males
cura su receta.
Puede que ese
sigilo se deba a:
--Ni ellos
mismos saben qué es federalismo porque el actual estado de las autonomías es a
todos los efectos prácticos un estado federal.
--Lo saben,
pero no se atreven a confesar que, al proponer el estado federal, confían en
que la presión centrífuga de los más radicales desembocará en una confederación.
Algunas
diferencias entre las dos formas de organización del Estado:
--El Estado
federal es una forma de Estado unitario con fines generales que se fundamenta
jurídicamente en una Constitución, producto de un acuerdo entre individuos
libres e iguales que deciden constituirse en Estado para proteger sus derechos
mediante un reparto territorial interno de competencias.
-- La Constitución federal
garantiza la igualdad básica de derechos de todos los ciudadanos, establece los
principios fundamentales del Estado y regula las instituciones políticas comunes.
--En la Confederación, los
estados confederados conservan su propia soberanía y su órgano superior está
compuesto por representantes de los gobiernos de los estados miembros que
actúan siguiendo los mandatos que les trasmiten sus respectivos gobiernos.
--Las normas
dictadas por la confederación sólo obligan directamente a los estados miembros,
no a los ciudadanos, que deberán obedecerlas en la medida que sus respectivos
estados les obliguen a ello.
No hay, pues,
relaciones jurídicas entre la confederación y los ciudadanos, sino entre la
confederación y los estados.
Básicamente,
los socialistas que reclaman una organización federal de España deberían
aclarar, si pueden, si pretenden un sistema federal como el actual o, al pedir
su cambio, pretenden una confederación de estados cada uno de ellos titulares
de la soberanía sobre sus territorios y habitantes.
Como ejemplos,
el estado federal es similar al de las autonomías. El confederal, parecido al
de la actual Unión Eurpea.
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