lunes, 9 de febrero de 2015

LOS C HAYOTES DE SUSANA



En su muy visitada columna “Voto en Blanco”, mi amigo Francisco Rubiales revela que Susana Diaz, a la que el PSOE ha encargado que administre su cortijo de Andalucía, lleva gastados 574 millones de euros en comprar la bienquerencia de la prensa.
Comprarlo es la más eficaz actitud que el gobernante puede observar respecto al mensajero de sus éxitos.
Contra los díscolos que se empecinen en pregonar sus fracasos, al gobernante no le queda otra actitud que la de castigarlos.
La gente de los medios de comunicación sabe que eso es así y, por consiguiente, son ellos los que deciden si quieren que los políticos los adulen o los persigan. No hay engaño.
No aclara Francisco Rubiales si Susana Diaz  ha invertido los dineros de los andaluces en comprar directa o indirectamente a los periodistas.
Seguramente habrá combinado los dos sistemas, que sería lo que mejor garantizara la eficacia de la inversión, y que implicaría:
A) Conceder subsidios, contratos, ayudas o subvenciones a los editores, propietarios o directores de los medios de comunicación para que evitaran la difusión o publicación de noticias o comentarios perjudiciales para Susana Diaz.
B) Gratificar a los periodistas que elaboren originales de noticias o comentarios para que traten con simpatía hacia los intereses de Susana Diaz.
Hay antecedentes para los dos extremos: no hace demasiado tiempo, era el poder político-militar el que designaba directamente a los directores responsables de los medios de comunicación y los quitaba si publicaban algo que al poder no le gustara.
El método por el que se reparten favores económicos a los periodistas de base que producen la materia prima de la noticia publicada en España se conoce por “fondo de reptiles”.
Tuve la fortuna de beneficiarme con la amistad de Antonio Navarro Zarazúa, un preclaro reportero mexicano que, en su vertiente de teórico de las relaciones entre la fuente de la noticia (el político) y su distribuidor (el periodista), elaboró un minucioso tratado: la “Carta de Derechos y Deberes del Chayote”
Embute o chayote es el nombre vulgar del regalo institucionalizado que hace el que genera la noticia al que la difunde (“y cuya aceptación no te compromete”, se le aclara), como el lubricante idóneo de una relación fluida.
Lo que Francisco Rubiales denuncia en Susana Díaz es  una práctica universal y eterna entre quien genera la noticia y quien la difunde: los cronistas oficiales de ciudades y villas tenían garantizado el bienestar por contar lo que ocurría al gusto del que mandaba.
Por eso, la Junta de Andalucía tiene una obligación urgente: regular y publicar las normas que uniformen las obligaciones y derechos de los que sobornen a la prensa y la de los sobornados por el poder. Se evitarían injusticias y tratos de favor.  

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