sábado, 15 de agosto de 2015

LAS ESPAÑAS



La mejor manera de estrenar tablero es escribir sobre algo tan viejo como  España que de tan antigua podría pasar por eterna, si no incomodara a los españoles de izquierdas para los que solo es una argucia de los de derechas para esclavizar al pueblo.
Hay organizaciones internacionales que reconocen a España como a uno de sus miembros porque paga como socio único la cuota total que corresponde a todos los países a los que robó su identidad diferencial.
La historia reciente ha demostrado que situaciones idénticas han evolucionado para que cada pueblo disfrute de su aspiración legítima a ser lo que quieren ser y dejar de ser lo que otros se empeñaron en que fueran.
¿Por qué si los croatas y los serbios dejaron de ser yugoslavos para que los consideraran croatas y serbios, no pueden los andaluces dejar de ser españoles para ser andaluces?
Y ¿por qué tienen que ser obligatoriamente andaluces los jienenses o cordobeses, si son las dos únicas de las ocho provincias de Andalucía que no tienen salida al mar?
Los genéricamente conocidos por españoles, habitantes de un territorio diverso y desigual, son consecuencia indeseada de su permanente sometimiento a los intereses de la derecha, que los ha gobernado siempre, si se exceptúan los seis años y pico de la primera y segunda repúblicas.
Tiempo era ya de  que a los que viven en los diferentes paisajes de España sea la influencia telúrica y no ideológica la que determine sus vidas y costumbres.
Cuando los cordobeses dejemos de ser andaluces, españoles y europeos para ser lo que somos, a partir de noviembre y hasta febrero se pagará a todos los ciudadanos la estancia en las Canarias o el Caribes y, de Mayo a Septiembre, en las amables praderasy en los agrestes montes asturianos.
Y, desde esas distancias, añoraremos las heladas estepas y los calcinados cortijos de nuestra idealizada Córdoba.

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