sábado, 17 de octubre de 2015
EL PELOTAZO DE LOS ROJOS
¿Son inteligentes o listos los rojos?
Ante todo hay que aclarar que llamar rojos a socialistas, comunistas y sus epígonos de Podemos y similares es aceptar la definición ideológica que, de sí misma, hizo mi presidenta, la astuta Susana Daz.
Es inteligente el comerciante que, al hacer negocios con alguien, procura mantenerlo como clientes habitual.
Listo es el que da el pelotazo timando al comprador sin preocuparse por mantenerlo como cliente.
Lo rojos pertenecen a la segunda categoría porque no se les puede encuadrar en la primera.
Aparte de empecinarse en que la igualdad que todos tenemos al nacer se desequilibra posteriormente según el merecimiento y el esfuerzo de cada uno, los rojos coinciden en recomendar todos los procedimientos para que el placer sexual sea un fin en sí mismo.
Para los rojos solo es recomendable lo que el Partido recomiende porque hasta Dios (esa entelequia de la buegusía) están equivocados.
Y el Partido propone que, con cualquiera de los muchos sistemas (condones, aborto, píldoras, lesbianismo o sodomía) se puede conseguir el mismo placer y eludir sus consecuencias.
Por eso, consideran que el acto que Dios o la Naturaleza idearon para contrapesar las posibles consecuencias, se puede garantizar la seguridad cierta del placer si se elimiman los riesgos de su disfrute.
¿No se dan cuenta esos rojos de que, recomendando lo que recomiendan, no tendrán hijos de sus actuales parroquianos a los que afiliar a su ideología?
Los rojos de entonces serán los hijos de padres que no fueron rojos, que eran personas libres y capaces de aceptar la responsabilidad de sus actos.
Hijos de padres no rojos, de comerciantes que prefieren conservar como clientes a los que compran en su negocio, en vez de dar el pelotazo.
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