A ver si los
todavía españoles nos atrevemos a llamar
pan al pan y vino al vino.
Se trata de
no confundir la parte con el todo, a las elecciones con la democracia y a
aceptar lo que, por si quedaban dudas,
ha aclarado Pedro Sanchez, el del PSOE.
En la controversia
que originó su capricho de meter como número 4 por Madrid a la hasta entonces
bicha de los socialistas Irene Lozano, el secretario general sentenció que “El PSOE no es patrimonio
exclusivo de sus militantes”
Fue la
admisión del secretario general del PSOE de que su organización no es
democrática ya que, si la democracia considera a todos iguales, es la mayoría de los iguales la que decide la legalidad de
las decisiones.
Y, si el
PSOE no es patrimonio exclusivo de sus
militantes, ¿quiénes son los copropietarios?
Pueden ser
los bancos, la internacional masónica, el fundador de Inditex que tiene todo lo
habido y por haber o el secretario general del Partido.
Lo último
sería lo peor porque indicaría que Pedro Sánchez, al ignorar la igualdad para
colocarse por encima de ella, equipararía su gestión a la de los nefandos dictadores y rebajaría la calidad
del PSOE de la luminosa democracia a la
de la tenebrosa dictadura.
No sería una
tragedia porque más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer y los
españoles, que desde hace dos mil años y pico conocemos la dictadura, seguimos
sin saber lo que es democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario