viernes, 23 de octubre de 2015

LO QUE VALE UN PEINE



Como buen rojo que es, el socialista Pedro Sánchez ha presentado su proyecto económico, que amenaza aplicar en caso de que presida el próximo gobierno.
Fundamentalmente consiste en detraer fondos de la economía productiva para dedicarlos a la economía burocratizada.
Su objetivo es el habitual de los rojos: cambiar una sociedad de empresas y ciudadanos libres por otra en la que el estado y su burocracia impidan que el distinto esfuerzo, talento, audacia y suerte de cada uno provoque desigualdades sociales.
La fórmula de Sanchez es la de todos los rojos que lo antecedieron en el gobierno de cualquier país, desde la corrupta Unión Soviética a las tiránicas Albania y Corea del Norte: como todo es del gobierno del Partido del Estado, la supervivencia del ciudadano depende del grado de fidelidad al Partido-Gobierno-Estado.
Lo que se produzca será lo que el Partido-Gobierno-Estado decida, no lo que la antigua sociedad libre en una economía libre demande.
Recién inaugurada esta cosa que a los españoles nos han dicho que es la democracia, uno tuvo ocasión de comprobar “in situ” cómo se vivía en bastantes de los países todavía rojos.
En la forzosa comparación, era inevitable llegar a la conclusión de que el franquismo no había sido la tiranía que sus adversarios decían que había sido, ni el socialismo igualitario el paraíso que quienes lo desconocían decían que era.
Cuando formen gobierno, si lo hacen, Pedro Sanchez, Iglesias y otros del mismo pelaje, nos vamos enterar de lo que vale un peine y, ya demasiado tarde, lamentaremos el día que lo compramos.

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