sábado, 3 de octubre de 2015

LOS DECAPITADORES, ALIADOS AMERICANOS

Cuando un misterio lo sigue siendo por mucho que el curioso se empeñe en desentrañarlo, no hay más que esperar.
Si se hace tendido debajo de un manzano y tienes la suerte de sufrir un manzanazo en la nariz, llegas a la conclusión de que, si los objetos pesados caen y no suben, es por culpa de la ley de la gravedad.
Pues eso es lo que ha pasado con ese rompecabezas que desde hace 35 años tiene desconcertado al mundo: la endémica inestabilidad sociopolítica en esa región de límites ambiguos y en eterna convulsión  que se conoce por Oriente Medio.
La cosa empezó, si es que alguna vez empezó, cuando a los americanos se les ocurrió que un sátrapa benévolo civil como el Sha era peor que un dictador fanático como el ayatollah Jomeini.
Orgullosos del resultado de su audacia, los americanos quisieron repetir la experiencia en Irak, Egipto, Libia, Túnez, emiratos árabes y en todas partes donde un líder autoritario civil pudiera ser reemplazado por un fanático sanguinario religioso.
El éxito de esa iniciativa ha sido arrollador, pero no completo. En Siria sigue mandando desde que murió en accidente su hermano mayor, Bassir Al-Hafaz,  hijo oculista del  sátrapa de formación militar Hafez, que era un pájaro de cuenta pero inofensivo para todos menos para con sus compatriotas.
Al oculista de Siria lo tienen los Estados Unidos entre ceja y ceja porque se resiste a ser desplazado por fanáticos religiosos que decapitan en ejecuciones televisadas a todo el que  se niega a rezar mirando a La Meca .
Siguiendo el viejo precepto de que “el mejor aliado es el enemigo de mi enemigo” , a los norteamericanos les interesa más una alianza táctica con los decapitadores religiosos del califato islámico que frenarlos para que se consolide el oculista.
Como, para colmo, el partido baasista fundado por el padre del actual presidente mantiene lazos con el gobierno de la Rusia actual, continuador estratégico de la vieja Unión Soviética, la cosa está clara:
Para los Estados Unidos, la prioridad sigue siendo debilitar a la Rusia-Unión Soviética privándola de sus alianzas y, si el sirio Basir Al-Hafaz sigue apoyado por Rusia, el aliado natural de los Estados Unidos en Siria es el Califato Islámico o como se llame, y los decapitadores de enemigos del presidente sirio, defienden los intereses americanos.

Y los europeos que acojan a los fugitivos del conflicto entre Estados Unidos y el dictador sirio.

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