miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿SERVIR AL PUEBLO O SERVIRSE DEL PUEBLO?

Esto de que los ajusticiados puedan escoger al verdugo que los ajusticie, ¿en qué beneficia al decapitado?
Tanto como a los gobernados a los que se da la oportunidad de decidir quén va a gobernarlos.
¿Qué más da que el que mande lo haga porque previamente se ha cargado a los que le disputaban el mando o porque, prometendo que hará lo que le manden, hará lo que le convenga para seguir mandando?
Ahí tienen al impulsivo Mariano Rajoy: de boquilla promovió una alianza teórica con sus rivales políticos para que no se aprovecharan de una posible pérdida de votos si, como jefe del ejecutivo, asumiera la responsabilidad de hacer lo que cereyera que debería hacer.
Demasiado arriesgó Rajoy, o eso ha debido pensar, cuando el gobierno francés le pide que cumpla lo que de boquilla le habia prometido: colaborar activamente en la lucha contra el terrorismo islámico.
El prudente Mariano, rectificando su inoportuno ofrecimiento, lo ha matizado: ayudará no cuando haga falta, sino cuando no perjudique a sus pretensiones de ser reelegido.
Así que lo que los terroristas y Francia deberían hacer es  acordar una tregua hasta después de que el jefe del poder ejecutivo español Mariano Rajoy sea reelecto el 20 de diciembre.

Así entienden los políticos de ésta peculiar democracia española la martingala que han montado.

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