lunes, 28 de diciembre de 2015

LO DIVERTIDO



“Es divertido”. Esas dos únicas palabras compendian la compleja fórmula que permite identificar al chisgarabís y desenmascarar al frívolo.
Lo he descubierto al leer una antigua entrevista a Alberto Sotillos, hijo de mi durante años amigo Eduardo, el socialista al que un día en La Haya me pidió Felipe González que le dijera que aclarara si quería seguir como su portavoz, o irse.
No cumplí el encargo, pero a Eduardo le debió dejar de parecer divertido seguir de Portavoz del Presidente del gobierno, porque se fué.
(En los añorados tiempos en que coincidimos en Lisboa, durante la sobremesa de una cena en mi casa, se me ocurrió mencionar la matanza de millares de oficiales polacos por tiros en la nuca en el bosque de Katyn, método favorito de la KGB ruso-comunista).
“Eso no te lo puedo permitir” se atrevió a prohibirme en mi casa y a mi mesa Sotillos, seguramente porque no le pareció divertido el comentario.
Por eso, estoy más cerca de los socialistas que, como Corcuera, trabajaron porque había que hacerlo, que de los que lo hacen porque es divertido.
Lo mismo que no hay dos personas iguales, no hay dos socialistas o izquierdistas iguales.
Respeto, comprendo y animo a los comunistas o socialistas que lo sean porque pretenden que otros no suden al trabajar lo que ellos sudaron cuando trabajaban o trabajan.
A los sociocomunistas que lo son porque es divertido, los desprecio.


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