No sé qué viejo
escritor dictaba a su secretaria los artículos que al día siguiente serían
publicados . Una vez concluidos se los hacía leer a la amanuense y le
preguntaba si se entendía el texto.
Cuando la
secretaria respondía que lo dictado
quedaba claro, el dictador replicaba: “pues oscurezcámoslo un poco”.
Me ha venido a las mentes esa anécdota después
de levitar ensimismado (¿o será enmimismado?) sobre las tribulaciones que éstos
días acongojan a nuestros políticos porque no consiguen ponerse de acuerdo para
formar nuevo gobierno.
¿No estamos
bien sin gobierno? ¿Hay mejor gobierno que el que no gobierne?
¿Para qué
empeorar lo que ya está mal?
¿Hay algún
gobierno que haya decidido nunca algo que deje contentos a todos los
gobernados?
No ha habido
nunca un gobierno bueno.Los ha habido mejores o peores que el que lo antecedió
o sucedió.
El ser humano,
por culpa del Creador que lo dotó de inteligencia para adulterar las decisiones
de su instinto, se equivoca cada vez que recurre a la razón para embridar sus
deseos.
No faltarán detractores envidiosos que me acusen de
cínico, al exponer no solo la conveniencia, sino la necesidad de evitar la
diabólica institución del gobierno.
Lo acepto. Soy
cínico (del griego kynos=perro)
¿Se equivoca el
instinto del perro?
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