viernes, 18 de diciembre de 2015

TODOS A VOTAR

Eso de la democracia es la mar de bonito, y suena la mar de bien.
Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
No es lo mismo predicar que dar trigo ni que, como todos somos iguales, lo mismo puede gobernar el que sobrevive gracias a los demás que el que sobrevive por sí mismo.
Pues eso es lo que se ventila el 20 de Diciembre.
¿Gobernarán los que proponen que los subsidiados sigan dependiendo permanentemente de los que paguen sus subsidios, o los que creen (aunque no se atrevan a decirlo) que la igualdad de derechos no es posible sin la igualdad de esfuerzo?
Para conciliar esos conceptos opuestos ha servido la alternancia entre los partidarios de una y otra forma de gobernar, que personifican el Partido Popular y el Partido Socialista.
Cuando gobierna el primero se pagan las consecuencias de los derroches del segundo y, gracias a ese reparto de funciones, España sigue tirando más mal que bien porque, como hay más españoles que prefieren cobrar más que lo que paguen, el día que los paganos se den cuenta de que son los primos que pagan el banquete nupcial de sus parientes, se acabó la alternancia.
¿Y los nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos, que van a regenerar el sistema?
Sucedáneos de los partidos tradicionales: cebada tostada que en cuanto la pruebes, te percatas de que parece café, pero de peor sabor que el café.
¿Qué hacemos entonces el día 20 de Diciembre?
Naturalmente ducharnos, afeitarnos o maquillarnos, ponernos muda limpia, la ropa de domingo y echar la papeleta en la urna que quieras ya que, si te fijas bien, todas son iguales, tienen el mismo color y son del mismo tamaño.

Aparte de eso votar es gratis y al hacerlo, el votante experimenta un subidón en su autoestima porque siente que, el que lo va a fastidiar mandando, mandará porque él se lo ha permitido.

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